Un puente para que los jóvenes cumplan sus sueños
Padres de familia, trabajadores y jóvenes con proyectos personales volvieron a ser estudiantes con el Plan Educativo 20/30: un proyecto impulsado por el Gobierno de San Luis para que los sanluiseños de entre 20 y 30 años concluyan sus estudios secundarios. 40 jóvenes de Beazley, localidad ubicada a 65 km de la capital sanluiseña, participan hoy del proyecto en el Centro Educativo N° 16 “Provincia de Tucumán”.
La rutina de estos 40 puntanos cambió la semana pasada: dedican 12 horas a la semana a tomar clases junto al docente facilitador Octavio Guiñazú, quien lleva 23 años de servicio en la escuela del pueblo.
“Es un desafío para mí trabajar con alumnos que llegan al aula con diferentes experiencias de vida. Muchos son padres, otros trabajan y tienen diferentes responsabilidades, pero se nota la voluntad y la predisposición para terminar el secundario”, destacó el docente. Y añadió: “Me siento privilegiado de tener la oportunidad de estar frente de alumnos del Plan 20/30”.
El Plan incentiva a los estudiantes con una beca de $800; para sostenerla en el tiempo deben cumplir con el 80% de asistencia y tener las materias al día. Además, se les ofrece una plataforma de Contenidos Digitales, donde pueden consultar material de estudio y evaluaciones, y contactarse con su tutor virtual.
En las primeras semanas de clase, los alumnos abordarán técnicas de estudio. Según Guiñazú: “Les va a servir para abordar los contenidos que tienen que incorporar, ya que muchos han perdido el hábito de estudio. Es una manera de incentivarlos”.
Un plan hecho a medida
Romina Ocaña (30) tiene un hijo de ocho años y trabaja en el Plan de Inclusión Social. En 2013, decidió sumarle una responsabilidad más a su vida: terminar sus estudios en el Plan Educativo 20-30. Trabaja de 13:00 a 18:00 en la biblioteca del Centro Educativo Nº 16 “Pcia. de Tucumán” y los lunes, martes y miércoles se queda hasta las 22.00, ya que allí se encuentra el aula del Plan.
“Cuando termine quiero estudiar enfermería. Sería una manera de cumplir con el sueño de mi mamá. Ella siempre quiso que alguna de sus cuatro hijas siguiera sus pasos. Es una de las enfermeras del pueblo desde hace muchos años”, aseguró Romina.
Su compañero de clases, Guillermo Ortiz (23), abandonó sus estudios en segundo año y, apenas cumplió la mayoría de edad, entró a trabajar en una empresa constructora. Hoy aspira a ingresar en la Policía Federal o al Ejército. “Quiero terminar el secundario para poder servir de alguna manera a la sociedad. Además, me gusta mucho la parte de investigación policial”, manifestó el joven.
Soledad Miranda (21) tuvo a su hijo a los 15 y le dedicó tiempo completo a su crianza. La alumna de Beazley destacó que este plan beneficia mucho a las madres jóvenes que no pudieron concluir sus estudios. “Intenté retomar el secundario cuando él tenía tres años pero me lo traían a la escuela porque lloraba al dejarlo tantas horas. Ahora que tiene seis años y va a la escuela, me entiende”, explicó.
