Una “Tormenta” de historias en el Club Huracán
Ese es el apodo de uno de los hombres que más conoce a la institución. En una nota que le ofreció a la ANSL recordó a Juan Gilberto Funes.
A Juan Carlos Gil no lo conocen con el nombre que lleva en su documento, sino por el apodo que lo caracteriza. “El Tormenta” le dicen, y es el hombre que más historias del Club Atlético Huracán conoce. La sensibilidad que le dieron los años y los recuerdos de Juan Gilberto Funes en su memoria hacen que se emocione ni bien le hablan de él.
Después de cerrar el vestuario donde los jugadores se cambian para el entrenamiento habitual, se detiene un minuto a observar cómo una máquina derrumba la cantina que por muchos años funcionó en el costado derecho del ingreso a la cancha. “Esa la hizo mi papá”, cuenta, pero al mismo tiempo dice que “ya no tenía sentido que estuviera ahí”, porque el paso de los años la tenían, fría y oscura, muy deteriorada.
No duda al decir que el momento más triste que vivió en la institución fue cuando falleció Funes. Ni siquiera cuando les tocó ir al descenso dos veces tuvo el mismo sentimiento. “Nosotros estábamos en Mendoza porque teníamos que jugar contra Huracán de Las Heras. Sabíamos que ‘el Juan’ estaba mal y cuando nos avisaron fue algo muy triste”, asegura, se quiebra y amaga con irse.
El partido era uno de los que Huracán jugó para el Campeonato Regional 91-92. Empató 2 a 2 y de eso es “imposible” que se olvide. La noticia había golpeado el ánimo de los jugadores y en el vestuario lloraron mucho. Todos habían compartido algún momento con ese jugador que hizo sus primeros pasos en la institución donde el destino quiso que se quedara su corazón. Después recuerda que cuando terminó el partido se subieron al colectivo y llegaron justo para el velatorio que se hizo en la Casa de Gobierno de la ciudad.
Se seca las lágrimas y le promete a los periodistas de la Agencia de Noticias San Luis las tantas fotos que se sacó con Funes en los asados que compartieron. Pero entre ese material fotográfico también está la cancha de Huracán cuando a los alrededores comenzaban a crecer los árboles.
“Tormenta” lleva 50 años trabajando en el club y en ese tiempo le tocó ser dirigente en las comisiones, utilero y hasta canchero. Abre y cierra las puertas de los vestuarios y dice que está contento. Vive en una casa del centro y recuerda que alguna vez jugó al fútbol en el Club San Luis y también fue boxeador: “Jugué en séptima y en cuarta, en ese club que ya no existe. Después me casé y dejé”. Pero lo que no recuerda es por qué lleva el apodo de un fenómeno climático. “No sé, me dicen así desde chico”, responde a la pregunta.
Tiene muchos años pero no quiere quedarse en su casa a descansar y dice que seguirá recorriendo los espacios de la cancha hasta que “los años ya no me lo permitan”. Y aclara: “La nueva comisión me pidió que no me vaya y estoy acá para ayudar en lo que necesiten”. También cree que a pesar de la emoción que los recuerdos le provocan sabe manejar la nostalgia: “Porque sino estaría muerto”.
Actualmente él vive otro momento importante para el “Globo”. El Club Atlético Huracán, luego de la intervención, parece tener de a poco un cambio de cara. Porque ya comenzaron los trabajos de refacción que incluyen el mejoramiento de la sede (que guarda los tesoros más preciados de su historia deportiva), de vestuarios y sanitarios. Además se planifica la construcción de otras canchas más pequeñas de fútbol y de hóckey.