La violencia no tuvo castigo. Estudiantes viaja a Santa Fe
Aún no llegaban a San Luis cuando un llamado terminó por hacharles el ánimo a los jugadores de Sportivo Estudiantes. El Consejo Federal decidió hoy que el partido suspendido contra Mitre se jugará el miércoles en la provincia de Santa Fe. Bronca, mucha bronca empezaron a masticar, porque saben que no habrá tiempo para el descanso, ni siquiera para recuperarse de la tarde de horror que se vivió en Santiago del Estero.
Subido a la ilusión, el plantel de Estudiantes deberá afrontar un nuevo viaje que lo traslade hasta la cancha de Gimnasia de Santa Fe, el lugar donde el Consejo Federal decidió que se juegue el partido que defina de una vez por todas al finalista del campeonato, este miércoles a las 14. Lo que no se sabe hasta el momento es si habrá o no una sanción para la institución santiagueña, que es la única que debería responder ante los graves hechos de violencia.
Más de 10 horas los jugadores del albiverde debieron viajar para estar de vuelta en San Luis, con los golpes encima y las respuestas que tal vez nunca nadie les dará. Ahora tienen la obligación de emprender un nuevo destino y cumplir con la obligación: jugar el partido suspendido. Después llegar al objetivo deportivo: pasar a la final. Si el objetivo se da, al regreso tendrá que sumarle el encuentro de la primera final contra Policial de Catamarca que será en su cancha.
“Estamos igual de metidos que antes, sabemos que no hemos ganado nada todavía. Estamos con la cabeza puesta en lograr el objetivo y a disposición del técnico para volver a entrenar”, aseguró esta tarde Daniel Quiroga en diálogo con la Agencia de Noticias San Luis.
Ya pasadas las horas negras en Santiago, un poco más tranquilo, Quiroga se tomó el tiempo para encontrar una respuesta a las agresiones que recibieron los jugadores ni bien llegaron al estadio: “Creo que quisieron amedrentarnos, meternos presión pero se les fue la mano. Querían hacernos sentir que iban ganar como sea pero se pasaron de la raya”.
Lo que se vivió con terror, pasó a ser una anécdota que ni ellos ni la gente del fútbol de San Luis podrá olvidar aunque pasen los años: “Ahora que ya pasó lo contamos desde otro lado, pasó a ser una anécdota. Gracias a Dios estamos todos bien. Apenas bajamos del micro nos llevaron hasta una puerta del estadio por donde pasamos y nos estaban esperando los hinchas todos tapados que nos empezaron a pegar de todos lados. Hasta me apuntaron con un arma entre las piernas. Fue muy fuerte lo que pasó”.
Después de los golpes, los jugadores se refugiaron en el vestuario donde estuvieron por 5 horas. Federico Vega recibió un corte en su ceja izquierda y a Emanuel Céliz le pegaron con un hierro en un codo. El técnico Gerardo Gómez también sufrió muchos golpes en todo el cuerpo.
La pesadilla de los golpes debe terminar rápido, el sueño del ascenso tiene su escala en el Parque Independencia de Rosario, allí, en la cancha de Gimnasia y Esgrima, once contra once y como dijo el gran capitán uruguayo, “los de afuera son de palo”