“Yo voy a poder contarle a mi nieta que en tal año vino el Gobernador a mi casa a tomar mate”
Una imagen que quedará por siempre en la memoria de Pedro Barroso y su esposa Lucía. La llegada del gas fue el punto en común de las nueve familias que vieron al primer mandatario, Claudio Poggi cruzar el umbral de sus hogares.
El sol del lunes picaba con ansias, los vecinos del barrio San Martín interrumpieron su siesta. En la casa de los Barroso estaba todo preparado. Un cartel azul con la leyenda “Chau Garrafa” indicaba el camino. Pedro ansioso salió a la puerta a esperar al gobernador, cuando llegó el abrazo no se hizo esperar.
Mate de por medio, Pedro comenzó a enumerar las dificultades que tuvo que pasar cuando el gas se acababa. “Mi mujer siempre me decía: nene andá a buscar la garrafa, si querés comer. Siempre se terminaba en el peor momento”.
A cuatro casas de los Barroso vive la familia Chambi, quienes también esperaban en la vereda con ansias la visita de Poggi. Los niños con manoplas de cartulina levantadas eran parte del cortejo.
“Hace veinte años que vivimos en el barrio San Martín. Tenemos que agradecer al Gobierno, porque nunca hizo una diferencia con nosotros por ser bolivianos. A nosotros nos llega todo lo que dan acá en el barrio. Como el gas, que nos cambió la vida, ahora estamos más tranquilos, cómodos. Ya no nos vamos a quedar con la comida a medio hacer”, comenta Fidelia Chambi, atenta a los movimientos de sus hijos, que corretean por todo el patio.
En la calle Ecuador vive Andrea Velázquez con su marido César y sus siete hijos. Desde hace unas semanas disfrutan de la conexión de gas, y hoy, para la inauguración formal recibieron la visita del gobernador. “Ahora no se me va a acabar el gas”, bromea Andrea. Y agrega: “Estoy feliz porque fue un plan demasiado sencillo y fácil, sino hubiera sido de esta manera, no podríamos haber soñado con tener el servicio. Las garrafas nunca nos duraban y encima se acaban en horarios difíciles”.
En la casa de la familia Oros la llegada del gas y el gobernador se celebró con una ronda de mate y galletitas. “Me sorprende que un gobernador venga a visitar mi casa”, comenta Alejo Oros. La respuesta no tardó en llegar: “Me parece que son obras importantes para el barrio. Me gustaría ir a todas las casas y charlar con cada uno de los vecinos”, dijo Poggi.
Daniel Oros, uno de los hijos del matrimonio retrataba el momento en el living con su cámara de fotos. Su hermana, Viviana no podía contener la alegría, mientras veía a su madre Nora que iba a la cocina a calentar el agua y aprovechaba para vigilar a la abuela Aída.
La recorrida continúo hasta la casa de Erika Pelegrina y su marido. El comedor quedó pequeño para todas las visitas. Los vecinos del barrio San Martín se acercaron para comprobar si era el Gobernador. Nadie lo podía creer: “Poggi está en el barrio”, comentó uno de ellos.
Erika hace planes y entre ellos está tener su propio negocio de comidas. Una muestra fueron los bocaditos que ella misma cocinó y deleitaron a todos, de esta forma inauguró el gas natural. “Es un cambio enorme para nuestras vidas, ahora la casa está sin humo, sin leña. Antes nos calefaccionábamos con una salamandra y la ropa quedaba percudida”, recuerda Erika.
En San Martín Anexo viven Mirta y José Suárez. José, es conocido por todos como el vidriero del barrio, orgulloso de su oficio exhibe una estantería hecha de vidrio. Este lunes abrió las puertas de su casa para recibir al gobernador y su equipo de funcionarios.
“Ahora cuando hace frío prendemos el calefactor y listo. Antes no lo teníamos y debíamos recurrir a la estufa de leña”, precisó Mirta.
La familia de Yohana y Norma Moyano también recibieron la visita del primer mandatario al igual que los Fuenzalida del barrio 1° de Mayo.
Entre mates y charlas, la tarde fue cayendo. El acto central estaba preparado para las 19.00 en el salón comunitario del Barrio San Martín. “Allá los esperamos a todos, vamos a sortear 150 calefactores”, con estas palabras Poggi se despedía de cada uno de los hogares que visitó.