“Nunca pensé que aprender desarrollo de software podía ser tan apasionante”


Iván Rodríguez está a punto de egresar de la Tecnicatura Desarrollador de Software, modalidad intensiva, de la ULP. En esta nota, habla de sus objetivos, sueños y avances profesionales.

Sangre entusiasta, ambición por adquirir conocimientos y anhelo de trabajar en un futuro en el Parque Informático La Punta (PILP) son algunas de las características que deja al descubierto Iván Rodríguez (19). Nacido en Buenos Aires y radicado en San Luis, este joven estudiante de la tecnicatura en Desarrollador de Software, modalidad intensiva, es uno de los talentos que crece en la Universidad de La Punta (ULP)

“Apenas terminé la escuela tenía miedo de irme porque no sabía con qué me iba a encontrar. Vine a la ULP y me sentí contenido por los profesores. Hoy me pongo a pensar cómo pude aprender tanto en un año y medio. Nunca pensé que aprender software podía ser tan apasionante”, destacó el joven.

El alumno del IT planea recibirse en agosto para comenzar a perfeccionarse en lo que más le gusta: el desarrollo de tecnología E-mobile (móvil). En clase, Iván y sus compañeros abordan el desarrollo de aplicaciones web, Microsoft.NET, software de escritorio, aplicaciones conectadas a bases de datos, páginas dinámicas, entre otras.

“Vemos una gran diversidad de contenidos y eso nos permite especializarnos en lo que más nos gusta. Tengo conocimientos sobre los lenguajes que utiliza la tecnología móvil, investigo y estudio por cuenta propia de qué manera, a partir de estos conocimientos, puedo programar en e-mobile”, señaló.

Un desarrollador con compromiso social

A Iván le entusiasma la idea de poder generar herramientas que aporten un beneficio a una causa social. Recientemente, participó del hackatón de Gobierno Abierto organizado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y elaboró junto a otros desarrolladores Martes Rojos, una aplicación web para que los porteños ingresen denuncias contra la trata de mujeres.

En referencia a esto, el estudiante destacó: “Es genial que una idea se pueda transformar en algo útil para mucha gente. Ya sea programar una página que sirva para algo tan importante como es la trata de mujeres o desarrollar un programa que ayude a un comerciante; todo es válido a la hora de ayudar”.

La vida en las residencias estudiantiles

Con 17 años, Iván Rodríguez dejó a su familia en la Villa de Merlo para instalarse en las residencias estudiantiles de la ULP. Actualmente, comparte departamento con tres chicos que también estudian la carrera de software intensivo.

Con respecto a su experiencia cotidiana indicó: “En las residencias convivimos chicos de software y de las tecnicaturas del Instituto de Comunicación y Arte. Aprendemos unos de los otros a cocinar, a estudiar en grupo y hasta a actuar en los cortos, que hacen los chicos de las carreras de cine. Además, nosotros les ayudamos cuando tienen problemas con sus computadoras”.

Los chicos alternan recreación con estudio. Después de una jornada de estudio intensivo se divierten con campeonatos de fútbol, ejercitan en el gimnasio, montado en el campus de la casa de estudios exclusivo para ellos, o juegan con la PlayStation o Xbox.

“Nunca te sentís solo acá. Los profesores nos contienen mucho, la gente que trabaja en las residencias está cuando nos enfermamos o tenemos un mínimo problema. Nos motivan para terminar de estudiar”, finalizó.

Iván Rodríguez, Nunca te sentís solo acá. Los profesores nos contienen mucho
Iván Rodríguez, Nunca te sentís solo acá. Los profesores nos contienen mucho
Iván Rodríguez, Nunca te sentís solo acá. Los profesores nos contienen mucho


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