El día en que Gatica volvió a la vida
Leonardo Favio lo retrató en su memorable película, llegando una madruga a Retiro, con el cuerpo diminuto propio de su niñez, con la esperanza que presentaba la gran ciudad para quienes llegaban llenos de nada.
Tuvo una vida incomparable. Conoció la gloria, la fama y la riqueza, sintió en carne propia la pobreza y el olvido obligado que generaba un país que proscribía a sus ídolos deportivos por sus pensamientos políticos.
José María Gatica nació un 25 de mayo de 1925, falleció un 12 de noviembre de 1963 y resucitó con el amor de un pueblo que lo esperaba en la tierra que lo vio nacer, un 25 de mayo de 2013, en Villa Mercedes, provincia de San Luis.
“La historia dice que no fuiste campeón de nada, la leyenda dice que fuiste el campeón del pueblo”, expresó Alberto Rodríguez Saá ante una Federación de Box colmada que lo despedía de Buenos Aires en su camino hacia su última morada.
La historia de Gatica en el sentir popular lo resumió en una frase el ex gobernador de San Luis y uno de los promotores de la restitución de los restos del popular boxeador a tierras sanluiseñas. “Gatica es una leyenda y las leyendas las escriben los pueblos, ningún pueblo escribe la leyenda de los mediocres”
Los restos de uno de los protagonistas de la foto donde dos potencias se saludaban, fueron exhumados en una ceremonia intima en el cementerio de la Chacarita, luego junto a sus tres hijas, el cortejo se dirigió a la Federación de Boxeo, lugar donde fue velado en aquel amargo noviembre de 1963, para por ultimo despedirse de la reina del plata visitando la cancha de Independiente de Avellaneda.
En el mediodía del 24 sus restos ingresaron a la provincia de San Luis. En el ingreso de la Autopista de las Serranías Puntanas, lo esperaba una multitud de vehículos, que lo acompañó los 35 km que separan el limite provincial con Villa Mercedes.
Antes de ingresar al palacio de los deportes que lleva su nombre, recorrió la ciudad que 88 años atrás lo había visto nacer. Los pañuelos blancos de los mercedinos lo saludaron en su paso por el Molino Fenix, por su casa y la Calle Angosta, esa en donde su hija María Eva espera que se pueda juntar una noche con Leonardo Favio para que este le cante, “fuiste mia un verano”
Gatica descansa desde hace una semana en su Villa Mercedes. Un largo recorrido transitó para llegar a su tierra. Seguramente será un motor para la practica del deporte de las nuevas generaciones, como lo expresa el gobernador puntano, Claudio Poggi.
Posiblemente en una estrella el Tigre, como le gritaba la popular, o el Mono, como le decía el ring side, se sienta feliz de regresar a su casa, porque, como dijo el mítico relator de boxeo, Osvaldo Principi, “cuando tu tierra te reclama, tenes que ir a su encuentro”. A Gatica la tierra de las 100 guitarras mercedinas lo estaba reclamando y un día el volvió.