Buenos Aires colmó de felicidad los rostros de los ganadores de Olimpíadas
En las últimas dos jornadas, luego de visitar Temaikén, los 36 consagrados de la ULP conocieron lugares históricos de la Ciudad y se divirtieron con las atracciones del Parque de la Costa. Además, visitaron el Teatro Colón y la Bombonera.
Durante tres días, la ciudad de Buenos Aires alojó a 36 puntanos que llegaron con ganas de divertirse, compartir buenos momentos y conocer más de cerca la historia de su país. Son los ganadores de las Olimpíadas del Conocimiento, iniciativa que dirige la Universidad de La Punta, quienes visitaron diferentes lugares de la Ciudad porteña. Los chicos venían de pasar dos días en Mar del Plata.
El domingo pasado los flamantes premiados recorrieron sitios históricos de la capital argentina y conocieron sus respectivas historias. Uno de esos lugares fue Plaza de Mayo, que se encuentra rodeada por el Cabildo, la Casa Rosada, el Banco Nación y la Catedral Metropolitana, entre otros edificios de gran carga histórica. La Catedral fue visitada por la delegación sanluiseña, que conoció el Mausoleo del General San Martín, ubicado en el interior de la iglesia, donde yacen sus restos.
El contingente puntano también paseó en el famoso Tren de la Costa, que recorrió más de 20 km y los situó en la última estación. Allí ,subieron a un catamarán y disfrutaron de un viaje por el Delta. En un clima de mucha alegría, tanto los más pequeños y sus papás como los jóvenes del secundario, saludaban a quienes se encontraban a la orilla del río y agitaban sus manos de un lado a otro, mientras pasaban las embarcaciones. En el trayecto podía observarse mucha arboleda, casas de madera, restaurantes y barcos estacionados a la orilla de algunas residencias.
Lo más divertido de la jornada, sin dudas, fue la visita al Parque de la Costa, donde chicos y grandes depositaron su adrenalina en los más de 50 juegos que posee el campo de entretenimiento. Entre las atracciones se encontraban las tradicionales montañas rusas, la casa del terror, la vuelta al mundo, los autos chocadores, una pista de karting, el barco pirata, el martillo, etc.
Pero el más temido por todos fue “El Péndulo”: tres torres, dos de un lado y una de otro, separadas por unos 25 metros y unidas por cables muy resistentes, donde se ajusta a la persona que se anime a subir. Asciende a unos 64 metros y desde esa distancia el participante debe apretar un botón para soltar el cable de la torre individual y quedar sostenido solo de las otras dos estructuras, lo que provoca una caída libre, seguida por gritos de desesperación. Después de ese momento, la persona queda balanceándose, imitando un péndulo, al pasar de un lado a otro por debajo de las torres.
Aprendizaje y diversión en Buenos Aires
El pequeño Piero (12), de San Luis Capital, disfrutó del viaje a Buenos Aires y describió el city-tour como algo muy entretenido. “Conocimos la iglesia y visitamos el mausoleo de San Martín. Sus restos quedaron en la Catedral Metropolitana, porque su último deseo fue que estuvieran en el corazón de Buenos Aires”, detalló.
La travesía por el Delta fue otra de las atracciones que deslumbró al joven alumno puntano. “Me gustó mucho porque hacía tiempo que no andaba en barco. Me sorprende la gente que vive al lado del Delta porque es una forma de vida diferente, pero muy linda”, aseguró. En el Parque de la Costa, Piero manifestó que le gustaron los juegos de agua y las montañas rusas. “Fue muy divertido”, agregó.
“Después de Temaikén viajamos a la Capital Federal, un lugar repleto de gente, donde los turistas arrojan mucha basura”, enfatizó Enzo (11), que busca concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. El pequeño explicó que viajaron en tren, dieron un paseo por el Delta y jugaron en el Parque de la Costa. “Es un lugar enorme, pero hay que estar mucho tiempo para jugar a todo. Yo me subí a los voladores, estuve en las casas de armas y vi shows en vivo”.
Visita al Teatro Colón y al estadio de Boca Juniors
El último día, los ganadores olímpicos tuvieron una experiencia única al visitar las instalaciones del Teatro Colón. El edificio histórico está diseñado con una visión europea en su exterior e interior y cuenta con reliquias históricas de mucho valor, como sillones, cuadros, esculturas, entre otras. La sala del teatro, donde bailaron Julio Boca y Maximiliano Guerra, entre tantos, tiene capacidad para 1.500 espectadores (1.200 sentados y 300 de pie).
Desde allí, los chicos se trasladaron hacia el estadio de Boca Juniors, más conocido como la Bombonera. Visitaron el museo, se fotografiaron con sus copas, camisetas históricas y las esculturas de dos ídolos del club, como Juan Román Riquelme y Martín Palermo. Luego concluyeron la visita con el ingreso a las tribunas, donde observaron el maravilloso estadio auriazul.
“Fuimos al Teatro Colón que es muy hermoso, está perfectamente preservado y tiene muchas cosas de oro. La sala es enorme y tiene una acústica muy buena”, remarcó el pequeño Enzo (11), luego de conocer el edificio. El ganador de Olimpíadas en la disciplina Ciencias Naturales, contó una pequeña anécdota durante el recorrido por el barrio de La Boca: “Fui a la Bombonera, pero no entré porque soy de River y lo voy a ser para toda la vida. No quería entrar a la cancha”.