Cinco testimonios de emoción, lágrimas, alegrías y sueños cumplidos
En cada una de las 500 familias que recibieron su preadjudicación hay historias de vida que han ido forjando en cada uno de los integrantes su actualidad. Todos coincidirán en un punto: dentro de pocos meses abrirán por primera vez la puerta de su propia casa.
Madre Sola, cuatro hijos y la ilusión de estar juntos
Silvana Gabriela Fernández es madre de Karem (16), Brian (14), Kevin (10) y Mariana (6). Ella se encarga sola de la crianza de sus 4 hijos.
“Hace dos días atrás me llamaron del Instituto de la Vivienda y me dijeron: “Felicitaciones señora, usted ha sido adjudicada”. Fue una alegría tremenda y en ese momento estaba sola y saltaba de alegría. Cuando los chicos volvieron a casa ahí les dije que íbamos a tener la casa nuestra. Nos cambia mucho la vida. Que Dios Bendiga al señor Gobernador”, afirmó Silvana.
Karem, la mayor de las hijas, opina que “está muy bueno esto. No vamos a tener que seguir alquilando en ningún lado, vamos a tener nuestra propia casa y poder hacer lo que nosotros queramos porque es nuestra. Esto nos va a permitir estar más unidos, más juntos”.
Esta familia vive en la calle 1° de Mayo en el barrio Güemes en donde alquilan, pero en menos de un año se mudarán a su nueva vivienda. Silvana nació en Justo Daract, pero de chica se radicó en Villa Mercedes. Sus padres también nacieron en esa localidad, pero tampoco eran propietarios de su casa.
De Tucumán y Chaco para San Luis
Soledad y Silvio, se conocieron en el norte de la Argentina. Ella tucumana y el chaqueño llegaron a San Luis hace 18 años y tuvieron dos hijos: Alejandro de 6 y Leandro que nació hace casi un año.
Todo este tiempo estuvieron esperando por un llamado, que llegó hace unos días atrás con una voz del otro lado que les anunciaba que habían sido preadjudicados para tener una vivienda propia.
Soledad, contó la emoción que sintió cuando recibió el llamado, pero además contó su experiencia en las provincias de donde son oriundos: “En Tucumán y en Chaco es muy difícil que se haga una cosa así. No hay este tipo de oportunidades. No hay trabajo y ni hablar de casas. Estas fueron algunas de las razones por las que me vine a radicar acá”
Actualmente pagan 1800 pesos de alquiler por una casa en el barrio Santa Lucía y dentro de un año ya no tendrán que abonar esa suma.
“Vamos a tener una casa que vamos a poder ir arreglando como nosotros tengamos ganas, la podemos modificar como nosotros queremos, cosa que en una casa alquilada no lo podés hacer”, terminó diciendo Silvio.
Con los hijos y su nuevo nieto
Viviana vive junto a su hijos Macarena, Daniela y Rodrigo. La vida le regaló un nieto que también vive con ellos y que tan solo tiene 2 meses de vida. Alquila un departamento chico que tiene dos habitaciones y en donde viven junto a su esposo, siendo en total 6 los que comparten la unidad habitacional.
“Los alquileres están carísimos. Pagamos 800 pesos por algo que es muy chiquito e incómodo”, cuenta Viviana.
Ella es empleada del Plan de Inclusión y su marido chofer de un camión. “Nos dio una emoción enorme cuando nos llamaron y nos dijeron que estábamos seleccionados para que nos entregaran la casa. Yo pensé que íbamos a quedar para el último porque hay muchísimas familias”, afirma Macarena.
Con la emoción a flor de piel, esta familia ya imagina cómo será su nueva vida con esta casa: “Nos cambia la vida porque esta va a ser mi casa. Con esa plata que yo gastaba de alquiler ahora yo la voy a usar para ponerla en mi casa. Para que mis hijos y mi nieto estén bien. A mi me parece un sueño. Anoche he estado re ansiosa, no he dormido bien, me levantaba a cada rato. Estaba como los chicos, no pasaba ni media hora y ya me volvía a despertar”, dijo Viviana.
Zoila y sus lágrimas de tristeza y emoción
Zoila Escudero tiene una familia numerosa compuesta por 5 hijos y 3 nietos. Su felicidad es enorme y constantemente, sus palabras se entrecortan cuando quiere contar su experiencia. “Es que son muchos años esperando por esta noticia que me llegó ayer a la mañana”, se justifica Zoila.
La familia vive en pleno barrio San Antonio, en Montevideo y Potosí. “Mi casa se me llovía y tenía un pozo. No puedo seguir viviendo ahí. Pedí mucho apoyo al padre Gustavo de la iglesia Nuestra Señora del Carmen y…” ya Zoila no puede seguir hablando por la emoción que le genera la situación. “Fue una alegría de Dios cuando me enteré. Lloraba cuando me llamaron por teléfono, para decirme que el año que viene iba a recibir mi casa”, termina diciendo.
Su casa está hecha de adobe, tiene una sola habitación y una cocina. En esa pieza duermen 6 personas en dos cuchetas y una cama grande. Alberto, David, Estefanía, Jesús y Eleonor, sus 5 hijos tendrán en menos de un año una vivienda digna. A ellos se suma Martín que vive con ellos y 3 nietos.
“Hacía años que estaba esperando esto y nunca se me había dado la posibilidad y esto me llenó de alegría. Yo luché por esto para tener nuestra casa. Yo me quedé sorprendida de que esto sea tan ligero. Yo pensaba que esto iba a ser dentro de 4 o 5 años. No sabía que iba a ser tan rápido” finaliza diciendo Zoila.
España, la nada y después la alegría
“Nuestra familia está integrada por 5 personas. Yo soy Wilton, mi señora se llama Carina y mis tres hijos Yutiel (10), Yael (6) y Yanina (3).Mi señora me llamó con una emoción inmensa para avisarme que la habían llamado de Vivienda y que habíamos salido seleccionados para tener nuestra casa”, dice Wilton entre risas.
Esta familia emigró a España hace unos años producto de la crisis que vivía el país en esos tiempos. Cuando volvieron a la Argentina ya no tenían nada. Habían perdido todo lo que tenían, incluida su casa. Llegaron sin nada y tuvieron que ir a vivir a la casa de los padres de Wilton en una habitación de 4 metros x 4.
“Este es un sueño cumplido. Desde el momento en que nosotros nos inscribimos estábamos a la expectativa de que podía ser pero no tan pronto. Nosotros pagamos un alquiler, somos una familia grande y estamos felices de la vida por esta oportunidad que se nos da”, afirma Wilton.
Esta familia que hoy paga 1200 pesos por mes en alquiler por una casa del barrio La Ribera, en poco tiempo ya no lo hará más, ya que contará con su vivienda propia correspondiente al Plan Progreso.
Carina terminó afirmando que “los sueños se cumplen. Nosotros pensamos que de un momento para otro todo se había perdido y unidos como familia y con estas oportunidades pudimos salir del mal momento. Estamos muy agradecidos por esta oportunidad que realmente solo se da en San Luis”.