Diploma ambiental para los chicos del servicio especial Ricardo Gutiérrez
La certificación de calidad ambiental es impulsada por la ULP. Los maestros reciben un punto en la escala docente al completar el 3º nivel de la iniciativa.
Las capacidades diferentes no inhiben a los chicos del servicio especial ‘Ricardo Gutiérrez’ para reciclar y sembrar su huerta, aprender, y cuidar el ambiente. Además, lograron una certificación para su escuela.
En la búsqueda de una actividad extracurricular los directivos de la institución encontraron en “Ecoescuelas”, una iniciativa ideal. Se trata de una propuesta de calidad medioambiental que la Universidad de La Punta (ULP) desarrolla por medio del programa Mecanismo Desarrollo Limpio (MDL). Por su esfuerzo y empeño, la escuela recibió el primer certificado y un premio especial que consistió en artículos de librería.
“La idea era salir de los números y las letras. Porque los chicos se cansan. Quisimos ver qué podíamos hacer más allá de eso”, comentó la docente Alicia Barroso. Y superaron el desafío: reciclaron botellas de plástico que convirtieron en masetas, flores, portalápices, y hasta un espantapájaros. Incluso montaron su propia huerta. Juan, Ignacio, Gustavo, Alejandro, Agustina, Javier, Fabricio, Facundo, Maira, Jonathan, Mili, Lucas y Axel fueron los protagonistas de la tarea.
“Para ellos no fue fácil. Algunos tienen atención dispersa, dificultades motoras. Les demanda mucho tiempo y esfuerzo. Les gustó mucho, porque veían los resultados, los podían tocar. Con la huerta el proceso fue diferente, ya que tuvieron que esperar un poco para ver el crecimiento de las plantas”, dijo la maestra, que lleva 22 años de docencia en el Servicio Especial. “Los estimulamos desde el primer momento y ellos siempre están dispuestos a hacer”.
Los chicos también dieron detalles de la experiencia. “Buscamos muchas botellas. Hicimos un espantapájaros con brazos y piernas de botellas. Además, hicimos una huerta con semillas”, dijo Alejandro. “Usamos tapitas de muchos colores para los ojos, la boca y la nariz del espantapájaros”, agregó Javier. “A mí me gustó hacer macetas y pintarlas”, contó Jonathan.
Ecoescuelas es una actividad en la cual las instituciones educativas pueden adquirir 3 certificaciones de calidad correspondientes a 3 niveles: Pedagógico, Gestión, y Relación con el entorno. Cada nivel abarca un cuatrimestre y la certificación adquirida tiene validez por un año. Pasado este año deberán realizar una renovación de la certificación. Y la participación debe ser por lo menos con el 50% del alumnado.
En todos los niveles se trabajan cuatro temas: ‘eficiencia energética’, ‘forestación’, ‘gestión de residuos’ y ‘consumo responsable’. De estos temas, al menos tres deben ser abordados por los docentes en las distintas materias de la currícula escolar: si desarrollan las cuatro temáticas ganan un premio especial. Estos pueden ser artículos de librería, lámparas de bajo consumo, tres cestos para la separación de residuos, los árboles para la forestación, libros y videos ?películas o documentales? de temáticas ambientales.
En la mitad de la carrera ambiental, el tercer nivel está marcado por la relación de la institución escolar con la comunidad. El objetivo es que las escuelas muestren, mediante acciones, las actividades efectuadas y el grado de concientización alcanzado, además de establecer relaciones con otras instituciones y organismos. El último nivel de certificación implica generar una publicación.
Algo de historia e inclusión digital
La institución nació por un brote de poliomielitis entre los años 80 y 90, dando servicio hospitalario de escolaridad sumada a la rehabilitación de los chicos. Barroso comentó que en sus 22 años de pertenencia al servicio, funcionaron frente al hospital por largo tiempo, y además, había asistencia domiciliaria para que los niños continuaran con la escolaridad en sus hogares. Luego, la situación cambio y la parte escolar se trasladó hasta tener su edificio propio en Ascasubi s/n en el barrio Juan de Dios Escobar.
La maestra además contó que las computadoras que recibieron los alumnos con el modelo uno a uno provincial, Todos los Chicos en la Red, generan importantes avances. “Hoy las computadoras son su motivación. Algunos no han logrado aprender a leer y encienden y apagan la computadora”, dijo. Y continuó: “Por ejemplo, uno de los chicos no sabe leer pero armó una carpeta en la computadora. Usamos juegos educativos en la compu y los manejan, ingresan a los juegos, juegan. Si esta es la herramienta con la que lograremos más resultados, iremos por este lado”.
