Pequeños alumnos, futuros escritores


¿Quién dijo que la escritura es sólo para grandes? También los más pequeños pueden concretar con su pluma lo que la imaginación les dicta. Y con esa premisa la Universidad de La Punta (ULP) organizó la jornada ‘Escribir con los chicos II’, como parte de la capacitación docente continua del plan de lectura Contextos. El sábado pasado, se realizó el VI módulo enfocado en cómo ayudar a los chicos a contar historias de manera escita.

Participaron 54 maestros puntanos, quienes conocieron nuevas herramientas para estimular a pequeños de nivel inicial y hasta 7 años, en el ejercicio de la escritura. La actividad fue dirigida por las especialistas en literatura infantil Alicia Salvi y Alicia Serrano.

La primera parte de esta propuesta se ofreció en febrero y el sábado pasado se dictó el VI módulo enfocado en cómo ayudar a los chicos a contar historias de manera escita. En los meses pasados, los docentes ya han trabajado en esa materia. Y en esta etapa de la capacitación vieron algunos de los borradores de textos y aspectos de la edición como la división para tener cierta cantidad de páginas, técnicas de ilustración, tipografías y sus usos significativos. “Por ejemplo, una palabra puede tener letras que crezcan en tamaño si el personaje grita, o puede ser ondulante si el personaje tiene miedo”, explicó Alicia Salvi.

La idea es aplicar todo lo visto en el curso en las aulas puntanas. Y para que los docentes conocieran diferentes recursos, las especialistas mostraron algunos elementos artesanales para armar un libro acordeón, o de tapas de plástico. “Lo ideal sería que cada niño tenga su libro hecho por él o hecho por el grado. Con las historias de sus compañeros y la suya. No buscamos formar escritores, pero sí todos usuarios competentes del idioma, con una autoestima importante hacia la lectura y escritura”, aseveró Salvi. Sobre todo resaltó que para los niños en las primeras etapas de la alfabetización es fundamental que las primeras experiencias de lectura y escritura sean “amigables”.

En ese proceso de escritura literaria que trabajan los maestros dentro del aula, en que los chicos son los escritores, se vuelve fundamental el límite de la edición. “Los cuentos son de los chicos. El docente les presta la mano. Lo ideal es que él respete las ideas y maneras de contar de ellos”, comentó la especialista. También dijo que se debe tener en cuenta cuántas veces devolverán los borradores a los chicos. “La devolución es un punto delicado, porque trabajan con niños pequeños: lo importante es no frustrarlos”.

Además de la escritura de los cuentos, los pequeños también tendrán que ilustrar sus libros. En este aspecto los maestros deberán determinar con qué materiales y técnicas sus alumnos se sienten más cómodos. Además, verán todos los elementos de un libro: tapa, contratapa, portada, un espacio de dedicatoria, los créditos, ilustradores y escritores. “Es importante que todos los elementos dialoguen desde el sentido que tendrá el libro”, agregó Alicia Serrano.

En cuanto a competencias sociales, este tipo de trabajo ayuda a los niños a establecer acuerdos, surgen los liderazgos en diferentes chicos, y se define quiénes están más predispuestos o con habilidades para determinados roles. “Además, cada uno de los chicos queda incluido en ese producto final”, señaló Salvi. En lo referido a la creatividad, Serrano comentó que “alimentarla” en los chicos pasa por las diferentes propuestas y opciones que se les muestren. “A eso, se suma que la creatividad se potencia en grupo y puede ser plasmada entre todos en un libro”.

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La primera parte de esta propuesta se ofreció en febrero.
La primera parte de esta propuesta se ofreció en febrero.
La primera parte de esta propuesta se ofreció en febrero.


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