El Planetario de Merlo canjeará telescopios por juguetes que induzcan a la violencia
La iniciativa se realizará en el marco del Programa Ciencia con la Gente que tiene por objetivo difundir la astronomía y estará destinada a alumnos de una escuela de Villa de Merlo. El fin del canje es promover que los niños empleen y los adultos valoricen modos constructivos a la hora del entretenimiento.
Bajo la consigna ‘Que la violencia no sea el juego’ los alumnos dela Asociación Educativa EMEI (Escuela Modelo Educación Integral) ubicada en Avenida del Sol 158 de la ciudad de Merlo podrán si desean, del 13 al 17 de agosto, entregar a la escuela de forma totalmente voluntaria juguetes cuyo contenidos induzcan a la violencia para posteriormente ser reciclados en los talleres artísticos que organiza el colegio.
A cambio de cada juguete entregado los escolares recibirán a modo de canje un cupón que participará del sorteo de dos telescopios a través los cuales podrán apreciar a la perfección detalles de la superficie lunar y otros cuerpos del cielo.
Por otro lado un tercer telescopio más sofisticado que los dos que se adjudicarán por sorteo quedará en propiedad de la escuela para que todos los estudiantes del establecimiento puedan tener acceso al instrumento científico llevándolo a sus hogares en un sistema de turnos que dispondrán las autoridades docentes, en tanto que para el uso de los telescopios serán asesorados por integrantes del Planetario.
Los objetivos que se persiguen con el canje voluntario son dos: alentar a los niños a pensar en la ciencia recreativa como modalidad alternativa de entretenimiento y promover que los adultos se abstengan de comprar juguetes de contenido violento ya que aparentemente son inofensivos pero en lo concreto instalan la cultura de la agresión como un hecho natural.
La idea es que los adultos que son quienes disponen de dinero, consideren optar por aquellos regalos que sirvan para entretenerse investigando y aprendiendo, ya que a corto plazo ésa elección generará beneficios para los niños, sus familias y la sociedad en su conjunto, debido a que incrementará el saber de los chicos propiciando además una mejor convivencia.
La propuesta de la Escuela EMEI está atravesada por ejes que la caracterizan, ellos se trabajan tanto desde el plano pedagógico como en la convivencia diaria, los valores, la recuperación de la cultura originaria, la investigación como modo de acceder al conocimiento. Por ello se suman a iniciativas que como ésta se basen en conocer, crear y difundir un mensaje pacificador, que tenga como objetivo construir la posibilidad de un mundo mejor.
Los chicos copian modelos
En una reciente investigación expertos argentinos en psicolgía infantil llegaron a la conclusión que los programas televisivos con fuertes contenidos violentos tienen efectos sobre la violencia real y sobre todo entre los niños ya que tienden a imitar conductas. Se discute, no obstante, y es materia de estudio el tipo de efectos y su grado: si se da una imitación indiscriminada, si se da un efecto insensibilizador, entre otros.
Las repercusiones que tienen los contenidos de los medios masivos de comunicación sobre la vida real, aunque en éste caso con consecuencias positivas, se evidencia claramente con la popular serie televisiva Cosmos del astrónomo Carl Sagan que en su momento impulsó a muchos jóvenes a estudiar astronomía.
La iniciativa se repetirá en otros colegios
Durante los próximos años, en fechas próximas al día del niño, el Planetario de Merlo San Luis repetirá la iniciativa en otros colegios de la provincia. Este tipo de actividades se desarrollan en el marco del Programa Ciencia con la Gente que se lleva a cabo desde el 24 de octubre de 2004 con el objetivo de vincular a las personas con la astronomía logrando cosechar importantes reconocimientos en forma de declaraciones, ordenanzas y decretos de interés municipal, cultural, científico, turístico, educativo y ambiental por parte de varias intendencias del país. Quienes requieran más información pueden solicitarla mediante el sitio webwww.planetariodemerlo.org.
