Ajedrez, una disciplina integradora
Al ajedrez los especialistas le acuñan varias virtudes y se lo vincula asiduamente con la ciencia, la cultura y la educación. Pero puede agregarse una característica más: integración social. Una característica de la que son testigos directos los protagonistas del ‘Panamericano de ajedrez para ciegos y disminuidos visuales’, que organizan la Universidad de La Punta (ULP) y el Ministerio de Deportes de la Provincia.
Mario Patrucci, Observador FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, siglas en francés) en Argentina, y presidente de la Liga Nacional de Ajedrez del país, sostiene que es una disciplina tan compleja e integradora que deja huella. “Creo que acercar los chicos al ajedrez a temprana edad deja valores. Es integrador 100 % de distintos niveles socioeconómicos y de sexos; hombres y mujeres pueden enfrentarse en un mismo tablero”, dijo. Y añadió que además es económica y de alta valoración social, “porque los padres se sienten orgullosos de que sus hijos jueguen y tengan logros”.
Como muestra de la integración social que favorece este juego, Antonio Loaiza, de Bolivia, que en la 2º ronda se ubicó entre los diez mejores, contó que su tío lo inició en el juego a los 5 años. “Allá en Bolivia a las personas con discapacidad visual lo dejan con las bolitas, con los tíos, sin hacer nada, en soledad. Al ver mi soledad, un tío me armó un tablero con juguetes, así comencé”, recordó. Y agregó que a los quince años se sumó a la Asociación Departamental de Sucre, Bolivia, con personas videntes. Sus triunfos comenzaron a llegar en 1995 cuando ganó varias veces campeonatos en Bolivia.
A estas ‘huellas’, como definió Patrucci, Loaiza las pudo graficar con las capacidades que el ajedrez le ayudó a adquirir. “De pequeño era muy hiperactivo y el ajedrez me enseñó a entender más las cosas, ser paciente. Además, puedo desplazarme sin bastón. Esto por la visualización que hago del tablero. Además, ayuda a abstraer cuestiones complejas como el álgebra”, aseveró.
Por su parte, Rolando Gamboa Mora, de Costa Rica, también ajedrecista ciego, coincidió con Loaiza en que el ajedrez además de ser un entretenimiento, “ayuda a desarrollar la lógica y la capacidad mental”. En cuanto al torneo que disputa en San Luis, y del cual, es uno de los 50 participantes de seis países latinoamericanos, indicó que se trata del campeonato de “más alto nivel del continente americano”.
Mientras que acerca del torneo, Patrucci consideró que en Argentina hay dos polos que contienen el juego ciencia por la cantidad de torneos, San Luis y Villa Martelli. “En ambos lugares subyace una cultura en la que hay jugadores rankeados. Y este panamericano es la confluencia de la trayectoria que tiene la provincia en esta disciplina. Este campeonato no es para la foto, hay un trabajo continuo y de mejora”, resaltó.
En cuanto a la integración de jugadores ciegos, señaló que ACUA (Ajedrecistas Ciegos Unidos de Argentina) tiene en la Liga un equipo de alta competición. A lo que agregó que en la escuela de ajedrez de Villa Martelli que dirige, hay alumnos ciegos y profesores ciegos. “Nuestra escuela es ordinaria, ellos no están separados. Y por las condiciones y cualidades del ajedrez, hoy en la liga nacional hay un equipo de ciegos que disputan todos los torneos de alta competición”, dijo.
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