El “Mono” Gatica, sus padres, su infancia y los días de escuela
El mítico boxeador puntano, el “Mono” Gatica, siempre está y estará en la memoria de todos los mercedinos particularmente este año ya que los restos de José María serán repatriados y descansarán en Villa Mercedes. Historias y anécdotas del boxeador que marcó una época en el deporte argentino.
El barrio Villa Celestina está revolucionado en estos días. José María Gatica es nativo de ese sector de la ciudad tan postergado y que actualmente recibe constantes obras de parte del gobierno provincial. Cloacas, gas, asfalto, agua, son servicios que en 1930 ni siquiera se pensaban para “los de atrás de las vías”.
En aquella época, don Amílcar Farías Gatica y doña María Tomasa Correa, se mudaban al barrio (en realidad el Mono vivió sus primeros meses en Balcarce 1567), a 4 cuadras del Molino Fénix. Junto a ellos sus hijos, Lucio, Jesús Teófilo, Flora Argentina, Inés Fermina y José María… más tarde apodado el Mono.
“El Mono estudió en lo que hoy sería la escuela provincia de Santa Fe. Funcionaba en la esquina de Balcarce y Asia y hoy la construcción ya no existe. Fue demolida y en su lugar se construyó una casa y quedó un sitio baldío”, cuenta Vicente Fébola, vecino de la calle Asia, ex domador de caballos y conocido animador de festivales folclóricos.
El Mono recorría las 5 cuadras que separaban su casa de la escuela. Llegaba por calle Belgrano y doblaba por Asia para cursar el primer grado. Allí lo esperabala Escuela NacionalNº 105, cuya directora era la señora Rosa Maranguello de Bruno y sus compañeros, que fueron a la postre figuras reconocidas del medio mercedino: los próceres dela Calle Angosta, José Adimanto Zavala y Alfredo Alfonso; el gran jugador de bochas Silvestre Mondaca, el ‘Cherrito’ Dionisio Pérez y ErminioBritos entre otros.
Sus Padres
Su madre trabajó muchos años de cocinera en el Hotel España y su padre era oriundo de la localidad de Candelaria. Era hijo de don Juan Gatica, que fuera juez de paz del lugar. En 1905 llegó a Villa Mercedes y tuvo un kiosco en la plazoleta Aviador Origone que se incendió y en ese episodio sus manos se quemaron por tratar de salvar algunas de sus pertenencias. Más tarde sería empleado policial.
Desde muy temprano, las relaciones de José María con su padre serían turbulentas. Don Amílcar lo azotaba constantemente y el Mono se refugiaba en el domicilio de un vecino que vivía en frente de su casa de apellido Fernández y empleado del ferrocarril Pacífico.
Amílcar moriría en Villa Mercedes y su madre se mudaría a Buenos Aires recién en 1961.
Fuentes: archivo Biblioteca Rivadavia – archivo Edmundo Tello Cornejo.