Omar Terc, jefe del Programa San Luis Solidario, dio su opinión sobre el temporal en Buenos Aires
El jefe de Programa San Luis Solidario, Omar Terc, expresó su opinión respecto del temporal que dejo el trágico saldo de dieciséis víctimas fatales y millares de damnificados en el Conurbano Bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La semana pasada el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) -grupo de expertos sobre cambio climático que es coordinado porla Organización MeteorológicaMundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)- firmó un documento en donde se aporta evidencia sobre el incremento de “eventos climáticos intensos” en el mundo.
Los meteorólogos llaman “eventos intensos” aquellos que se producen en menos del 25 por ciento de las oportunidades; y los “eventos extremos” tienen lugar menos del 10 por ciento de las veces.
Lo ocurrido el miércoles en Buenos Aires correspondería a un “evento intenso”, donde se alteran las variables en cuanto a la normalidad, produciendo efectos dañosos con consecuencias socio-económicas de gran magnitud, sobre en medida de pérdidas de vidas y cambio en los estándares de hábitat de las personas.
Indudablemente, además de la imprevisibilidad con la que se desató el temporal, -a pesar del Alerta del Servicio Meteorológico Nacional- se sumó la falta de calidad en cuanto a las condiciones habitacionales -en su mayoría precarias-, pero también a una sustentación estructural por parte del Estado, llámese municipal (principalmente), provincial y nacional, en cuanto a los no cuidados generales preventivos y sobre la inexistencia de planes de contingencia. Todos, en una u otra medida, también contribuyeron a que la tormenta cause tanto daño.
Nadie está exento en el mundo a estas calamidades, pero está en las autoridades, el tomar las medidas más que para la mitigación, para la adecuación de la población a estás contingencias, es una ardua tarea, pero no imposible.
El Marco de Acción de Hyogo para el 2005-2015, fue una conferencia sobre reducción de desastres realizado en Kobe, Japón, allí se elaboró el Documento de Hyogo, suscripto por la mayoría de los países, teniendo como objetivos principales, garantizar la reducción de desastres con una sólida base institucional, identificar, evaluar y monitorear los riesgos y mejorar las alertas tempranas, utilizar las herramientas de innovación tecnológica y educación para crear una cultura de la seguridad y la resiliencia, fortalecer la prevención a fin de asegurar un respuesta eficaz reduciendo también los factores de riesgo subyacentes.
San Luis, a partir de la creación del programa San Luis Solidario, adhirió de manera efectiva en lo real a ese “marco de acción”, primero rompiendo el paradigma de la vetusta institución de la “Defensa Civil”, cambiando tan sólo un verbo, defender por proteger, pero haciendo otro salto cualitativo, proteger y solidarizarse; así además de la presencia en todo el territorio provincial en donde nuestros comprovincianos necesitaran ayuda, otras comunidades fueron auxiliadas por los puntanos, desde Tartagal –Salta- pasando por Pozo del Tigre –Formosa-, San Rafael –Mendoza-, Victoria –Entre Ríos-, VillaLa Angostura–Neuquén-, Bariloche e Ingeniero Jacobaci –Río Negro-, El Hoyo –Chubut- en nuestro país, como Chile, Haití, Brasil, Paraguay, fueron lugares en donde la solidaridad sanluiseña llegó de una o de otra manera, a través de Recurso Humano especializado para la emergencia, o de asistencia humanitaria según los requerimientos solicitados –víveres, medicamentos-
Pero se avanza a nivel territorial provincial también respecto de dar un marco organizativo local ante contingencias con las Juntas Municipales para Emergencia –instituto surgido de la ley I-0339-2004-, lo que configura el primer anillo de contención ante las emergencias, ya son 8 los intendentes y comisionados municipales que impulsados por el ministerio de Relaciones Institucionales y Seguridad, firmaron sendos convenios de donde surge un compromiso mutuo entre gobierno provincial y municipal, para la conformación de la Junta, la elaboración de un relevamiento de medios y de un mapa de riesgo municipal, -todo dentro del marco legal de un decreto-,una vez reunida la información se avanzaría en un mapa de riesgo provincial y planes de contingencia particulares, hacia fin de año.
No hay que perder de vista, dos cuestiones fundamentales, primero que el mundo está cambiando, los “eventos intensos y extremos”, en los últimos sesenta años se han incrementado es una realidad -por diferentes razones que hacen a discusiones científicas que no vienen el caso-, a esas nuevas emergencias hay que esperarlas en lo posible con la “comunidad organizada”, segundo tender a la concientización de la población para que se vea involucrada en los planes y ayudar desde el Estado a su resiliencia de sufrir afectación, ya que los desastres siempre afectan casi en su mayoría lamentablemente a los sectores más vulnerables, los humildes.