San Luis presenta diferentes atractivos religiosos, naturales y culturales para Semana Santa


San Luis propone para Semana Santa, magníficos paisajes serranos, sitios de valor religioso, termas, microclima, espacios propicios para el rélax y para la práctica de actividades recreativas y culturales.

  • Turismo religioso

Dentro del turismo religioso, Villa de la Quebrada, a 40 Km. de la ciudad, es el centro de mayor convocatoria religiosa de la provincia, conocido por las multitudinarias manifestaciones de fe al Cristo de la Quebrada; aparecido milagrosamente en el tronco de un árbol. En el cerro Tinajas puede recorrerse el bellísimo Vía Crucis de mármol de carrara con esculturas realizadas en tamaño natural provenientes de Italia.

Renca, atesora en su antigua iglesia, una imagen con una devoción popular originada en otra milagrosa aparición de Cristo; en el Monasterio de las monjas benedictinas de El Suyuque, se pueden adquirir exquisitos dulces y artesanías.

El Monasterio de las monjas Cartujas en Carpintería, ofrece artesanías e imaginería religiosa. San José del Morro posee un particular museo donde se exponen piezas religiosas usadas entre 1650 y 1700, una colección de cálices y una prenda del cura Brochero. Su capilla, de la segunda mitad del siglo XVIII, es Monumento Histórico Nacional, presenta un estilo colonial y paredes de adobe con un ancho de 1,20 mts. En Villa Mercedes se puede conocer la obra realizada por Santa Madre Cabrini, patrona de los inmigrantes, en su estadía por esa ciudad.

  • Aventuras en las sierras

Los amantes de emociones fuertes tienen reservados lugares especialmente aptos para la práctica de rappel y tirolesa en quebradas naturales; trekking por senderos en áreas protegidas; cabalgatas que atraviesan paisajes surcados por ríos, arroyos y vertientes en las Sierras Centrales de San Luis, Valle de Pancanta y las Sierras de Los Comechingones; deportes extremos y parapente en Villa de Merlo, cuyas cumbres a más de 1500 mts. de altura, ofrecen plataformas para adueñarse del cielo puntano.

  • Sueños de oro y de guerra

El turismo minero es uno de los productos más solicitados por los turistas, encontrando en La Carolina la posibilidad de contratar excursiones guiadas hacia el interior de las extinguidas minas de oro, buscar el dorado metal en el río del lugar o animarse a hacer rappel.

Concarán invita a vivir la experiencia de ser minero, entrando en el túnel principal de la Mina de los Cóndores, un verdadero pueblo abandonado, que significó un hito en la minería del país por su producción de wólfram en la época de la Segunda Guerra Mundial.

  • Un paseo muy saludable

En Balde y San Jerónimo se pueden tomar baños termales en complejos privados y municipales. Las propiedades terapéuticas de estas aguas son recomendadas para el tratamiento de diferentes afecciones dermatológicas y nutricionales, reumatismo, diabetes y trastornos hepáticos.

Potrero de los Funes y Villa de Merlo, dos clásicos del turismo puntano Potrero de los Funes, a 19 Km. de la capital, conjuga la belleza de las sierras y el lago frente al cual se emplaza el hotel de cuatro estrellas y la Caja de Los Trebejos, escenario de espectáculos de jerarquía. Posee una variada oferta de hosterías, balnearios, campings y circuitos para caminatas, mountain bike, cabalgatas y actividades náuticas. Imperdibles la excursión al Salto de la Moneda y la recorrida por la Travesía de las Cumbres, camino de montaña que permite disfrutar de vistas panorámicas de ensueño.

La Villa de Merlo, un clásico del turismo serrano, es buscada por los beneficios de su famoso microclima. Cuenta con una desarrollada hotelería, buena gastronomía típica, circuitos para todos los gustos y una gran oferta de actividades de turismo aventura. Al sur, el Corredor de los Comechingones, está integrado por apacibles pueblitos serranos que brindan caminatas, cabalgatas, turismo de estancias, agroturismo y avistaje de cóndores.

  • Sierra de las Quijadas

Un paseo obligado es el Parque Nacional Sierra de las Quijadas: 84.000 has. de caprichosas geoformas como acantilados , farallones y miradores de entre 200 y 300 metros de altura, de una llamativa coloración rojiza que alberga restos fósiles, huellas de dinosaurios y yacimientos arqueológicos de la cultura huarpe. El trekking es la actividad permitida, pudiendo transitar por senderos en los miradores superiores del valle Potrero de la Aguada.

Los más osados cuentan con dos excursiones que pueden realizarse solamente con guía, una de ellas es llegar hasta la huella fosilizada del dinosaurio o sino descender hacia el Potrero de la Aguada y cruzarlo para concluir en los pies de los majestuosos farallones.



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