Día 2: Recuerdos y encuentro con británicos

En el segundo día en las Islas  Malvinas nadie se quiso quedar en cama y entre las 4:00 y las 5:00 de la mañana, los puntanos salieron a recorrer Puerto Argentino para empezar a cerrar una vieja herida que ya tiene 32 años de antigüedad. Muchos fueron a buscar su posición como lo habían hecho en 1982 pero encontraron todo cambiado. Igual hubo muchos recuerdos y un encuentro con veteranos británicos.

Emocionado abrazo entre un veterano de guerra puntano y un Boina Roja inglés.

A las 6:00 de la mañana no había quedado nadie en el hotel. El conserje llamaba habitación por habitación pero nadie respondía. Todos habían salido a reconocer el lugar. Pero ya nada era igual. “Esta todo cambiado”, comenzaron a decir en su regreso alrededor del mediodía los 20 bravos veteranos puntanos.

La guerra pasó por sus mentes y los recuerdos afloraron por todas partes.

Alejandro Príncipe, presidente del centro de ex Combatientes en el Valle del Conlara, contó que como lo hacía en el ’82 con su madre: “Hoy le escribí a mi hija desde aquí y contando lo que pasaba”.

Apenas si se le entendió un poco lo que dijo, una por su voz ronca pero mucho más porque se quedaba sin aliento al rememorar aquellos amargos recuerdos. Las lágrimas no pudieron contenerse y el abrazo fraterno de sus camaradas no se hizo esperar.

De a poco la mesa se fue completando para el almuerzo entre argentinos y británicos que luego de presentarse cayeron en la cuenta que habían sido rivales en aquella guerra. Entre traducciones caseras, señas y otros gestos, las charlas se extendieron por todo el salón y hasta algunas risas se pudieron escuchar y ver entre los presentes.

Toda la quietud y tranquilidad del domingo por la mañana en Puerto Argentino.

Ex soldados argentinos y Boinas Rojas ingleses estaban dialogando sobre lo sucedido hace más de tres décadas. De ambos lados, se pidieron perdón por los tratos de unos hacia otros y cuando quisieron ver, se confundieron en largos abrazos como si nada hubiera pasado entre ellos…

“A punto estuve de encender mi cámara filmadora para retratar el momento histórico, pero cuando me moví para hacerlo, una señora en perfecto inglés me dijo: ‘sorry’ y yo entendí que de la Guerra de Malvinas, por lo menos acá, nadie quiere hablar con una cámara que lo esté filmando”, dijo Juan Moyano que no pierde las esperanzas que en los próximos días, algunos de los habitantes de las islas pueda dar su testimonio.

Alejandro Príncipe, volviendo al lugar donde alguna vez estuvo apostado haciendo guardia.

Fuente y fotos: Juan Moyano, enviado especial a las Islas Malvinas.