Conmemoraron este martes el 45° aniversario del Día del Agente Penitenciario

Una mañana con 18 grados y un sol radiante fueron el contexto ideal para la conmemoración del aniversario 45 del Día del Agente Penitenciario. Una vez más y bajo la custodia de Nuestra Señora del Carmen, quien es la patrona de los institutos penitenciarios, se desarrolló un acto en el que se reconoció al personal destacado en sus funciones durante el año dado su esfuerzo y cumplimiento de funciones en la institución.

Conmemoraron hoy el 45° aniversario del Día del Agente Penitenciario.

El acto central se desarrolló en la plaza de armas del complejo penitenciario N° 1, ubicado en el kilómetro 8 de la Ruta 146. Comenzó como es característico, con el paso de revista de las autoridades y la autorización pertinente para comenzar con el acto. Entre otras autoridades, estuvieron presentes el subjefe de la Policía de San Luis a cargo de la Jefatura, comisario general Darío Neira; el director de la Penitenciaría Provincial, Segundo Giménez; el obispo de San Luis, Pedro Daniel Martínez, y autoridades gubernamentales y representantes policiales y militares.

De acuerdo a lo que establece el protocolo y luego del ingreso de las banderas y entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, a cargo de la banda de música de la Policía de la Provincia, el obispo Martínez impartió una bendición para todos los presentes pero en especial para los agentes penitenciarios.

Posteriormente, se procedió a la entrega de placas al personal que durante el año por su “reconocimiento y agradecimiento por su compromiso laboral”. Luego, Giménez brindó un discurso en donde volvió a destacar lo esencial del trabajo que tienen como fin principal lograr la reinserción de las personas que están privadas de la libertad.

El origen de la celebración

Por más de medio siglo se veneró en la Capilla de la ex Penitenciaría Nacional, la imagen de la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen. Es por eso que la declaración de ella como Patrona de la Cárceles e Institutos Penitenciarios fue la consagración formal del culto y la devoción tradicional celebrada en el ámbito penitenciario.