MINISTERIO DE SALUD
jueves, 12 noviembre de 2015 | 13:19

Día Mundial contra la Neumonía

Por disposición de la Organización Mundial de la Salud, cada 12 de noviembre se conmemora en todo el planeta el Día contra la Neumonía, considerada como la principal causa infecciosa de muerte infantil en el mundo.

Cada 12 de noviembre se conmemora en todo el planeta el Día contra la Neumonía

Cada 12 de noviembre se conmemora en todo el planeta el Día contra la Neumonía.

Para la ministra de Salud, Marisa Pannocchia: “Esta fecha es una invitación a reflexionar sobre la importancia de dar mayor batalla a esta enfermedad, cuyas consecuencias son responsables del 15% las defunciones de menores de 5 años. No obstante, es importante recalcar que no sólo es curable, sino también prevenible”.

La neumonía es una variedad de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones y que puede ser provocada por virus, bacterias u hongos. El Streptococcus Pneumoniae es la principal causa, se encuentra en el sistema respiratorio superior de niños y adultos sanos, siendo de alto riesgo para menores de dos años y adultos mayores.

Esta patología es fácil de prevenir con un correcto protocolo de inmunización, además de una buena alimentación y el debido control de los factores ambientales, existiendo además medicamentos adecuados para evitar más muertes innecesarias.

La neumonía suele manifestarse con los siguientes síntomas:

Por lo general es precedida por gripe o catarro común.

Fiebre prolongada por más de 3 días, en particular si es elevada.

La frecuencia respiratoria aumentada en recién nacidos hasta menos de 3 meses (más de 60 por minuto); lactantes (más de 50 por minuto; preescolares y escolares (más de 40 por minuto); adultos (más de 20 por minuto).

Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración, que se puede observar fácilmente con el pecho descubierto.

Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración. Esto se da principalmente en niños.

Quejido en el pecho como asmático al respirar.

Las personas afectadas de neumonía a menudo tienen tos que puede producir una expectoración de tipo mucopurulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar acompañada de escalofríos. La limitación respiratoria también es frecuente, como también dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos). En algunos casos pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia y adinamia).

Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión arterial, ya sea sistólica o diastólica. Por lo general el paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer y apenas reacciona a los estímulos. El cuadro clínico es similar en el paciente adulto.

Los casos de neumonía suelen ser tratados sin hospitalización, mediante la prescripción de antibióticos orales, reposo, consumo de líquido y cuidados en el hogar.

Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo, por lo que ante la menor sospecha siempre es recomendable acudir al médico.

Prevención

Al ser prevenible, existen algunas medidas tendientes a evitar contraer la neumonía:

Medidas de higiene: lavado de manos, uso de mascarillas para evitar contaminación y dispersión de gérmenes.

Abandono del hábito tabáquico: el consumo de tabaco está asociado a un incremento de la neumonía adquirida en la comunidad de cualquier origen causal. Los fumadores tienen un riesgo cuatro veces superior de presentar una enfermedad por neumococo invasiva (afectación general por infección por neumococo) que los no fumadores, con el consecuente empeoramiento pronóstico. Diversos estudios han constatado el beneficio que implica dejar de fumar, pues se ha observado que a los cinco años de suprimir el consumo de tabaco, el riesgo de sufrir una neumonía se reduce en un 50%.

Vacunación antigripal: es la única medida preventiva que ha demostrado la disminución de la incidencia y de la mortalidad por neumonía en la población de edad avanzada y en los afectados por enfermedades cardiorrespiratorias crónicas. Debe realizarse según las recomendaciones y pautas anuales notificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Está indicada en mayores de 60 años, en enfermos crónicos o inmunodeprimidos (a partir de los 6 meses de edad), y en todos aquellos que al ejercer su actividad profesional (personal sanitario, fuerzas de seguridad, profesores, cuidadores de residencias de ancianos, etc.) entren en contacto con personas de alto riesgo a las que les podrían transmitir la gripe.

Vacunación contra el neumococo: eficaz para la prevención de complicaciones como la enfermedad invasiva por neumococo, y el empeoramiento pronóstico en neumonías hospitalarias. Indicada la vacunación en mayores de 60-65 años, y en personas entre los 2 y 65 años con enfermedades crónicas e inmunosupresión, y en aquellos pacientes sin bazo.

Nota y foto: Alfredo Salinas – Prensa Ministerio de Salud.

Corrección: Berenice Tello.