jueves, 12 diciembre de 2013 | 10:04

Las Gemínidas, la mejor lluvia de estrellas del año se verá el viernes

Provenientes del paso del asteroide Faetón, pueden proporcionar hasta 120 meteoros por hora. Podrán verse a simple vista desde el hemisferio sur.

Todos sabemos que las lluvias de meteoros o de estrellas fugaces, como se las conocen popularmente, proceden de los cometas. Se conocen más de 140 lluvias de meteoros procedentes de cometas (algunas de ellas del mismo) que dejan sus partículas de hielo y pequeñas rocas en el espacio tras acercarse al sol e introducirse en la órbita de Júpiter, donde la temperatura es lo suficientemente alta como para que el hielo que recubre la roca comience a sublimarse y pase del estado sólido al gaseoso. Debido a la sublimación del hielo, se produce una serie de géiseres que hacen eyectar parte del material del cometa hacia el espacio, esparciéndolo por su órbita. Si la Tierra coincide con estos restos en su órbita alrededor del sol, se produce una de esas lluvias de estrellas fugaces.

En diciembre podemos observar la lluvia más espectacular del año y el último gran acontecimiento de 2013: las Gemínidas. Se llaman así porque los meteoros parecen proceder de la constelación Géminis.

Géminis es la zona de impacto de los meteoros sobre la atmósfera terrestre y se le denomina radiante. Aunque las estrellas pueden provenir de cualquier parte del cielo, siempre es conveniente esperar a que aparezca sobre el cielo la constelación de Géminis, hecho que ocurrirá al comenzar la noche del 13 al 14 de diciembre, día de máxima actividad de esta importante lluvia, aunque dicha lluvia está activa del 7 al 17 de diciembre.

Normalmente, la lluvia arroja un número estimado de 120 meteoros por hora, lo que la convierte en la segunda más importante del año tras las Cuadrántidas, salvo sorpresa de alguna que otra lluvia, como las Leónidas o las Perseidas.

Las Gemínidas es una lluvia fácil de ver, pues se localiza en el radiante a +33º de latitud norte, por lo que podremos disfrutar de ella durante toda la noche. Es una de las pocas lluvias cuya salida del radiante coincide con la puesta de sol, por lo que se observa prácticamente durante toda la noche.

geminidas

  • Visibilidad

Los meteoros de las Gemínidas suelen ser brillantes y en ocasiones, de velocidad moderada a unos 35 km/s. Pueden alcanzarse los 120 meteoros/h. En 1996, se contempló este número durante 36 horas. Se observan durante toda la noche del máximo (noche del 13 al 14 de diciembre).

El único inconveniente es que ese día la luna está prácticamente llena, aún así, es posible ver los meteoros más brillantes. A pesar de la luz de la luna, alejémonos de las luces de las ciudades. No hace falta ninguna ayuda óptica para ver la lluvia, a simple vista es la mejor opción. Sólo necesitaremos mantas y un lugar donde nos podamos tumbar. Miremos esencialmente hacia el norte, si estamos en el hemisferio sur, al comenzar la noche y a medida que pasa ésta, más hacia arriba, hacia el cénit.

El mejor momento para observar la lluvia es a partir de las 00:00, hasta antes del amanecer.

Se observa desde todo el hemisferio norte y en las zonas tropicales y subtropicales del hemisferio sur. Cuanto más al sur, el número de meteoros disminuirá.

Recuerde que los meteoros son pequeñas partículas, del tamaño de un grano de arena o de un garbanzo, que comienzan a desintegrase en la atmósfera a 100 km de altura. Todos los días entran toneladas de material extraterrestre a la atmósfera, pero la mayoría se deshace en ella. Estos días de lluvias de meteoros son los de máxima actividad, porque entra aún más materia del exterior.

  • ¿De dónde viene?

Las Gemínidas es una lluvia bastante curiosa, pues no procede precisamente de un cometa, sino de un asteroide denominado Faetón (Phaeton). Pero ¿cómo puede ser esto? Los asteroides son rocas que van desde pocos metros de diámetros a varios cientos de kilómetros, pero no están rodeados de hielo. Entonces, ¿de dónde proceden las partículas que chocan con la Tierra? En verdad es este asteroide el que trae la lluvia. Precisamente el satélite IRAS (Infrared Astronomical Satellite), que estudiaba el cielo en el infrarrojo en busca de galaxias en formación y de discos de polvo entorno a las estrellas, donde se forman los planetas, entre otras cuestiones, fue el que detectó por primera vez el asteroide Faetón en 1983, gracias a Simon F. Green y John K. Davies -fue el primero que se detectaba con un satélite artificial-, y se descubrió que la lluvia de las Gemínidas procedía de este asteroide. Era la primera vez que un asteroide dejaba una lluvia de meteoros sobre la Tierra.

Faetón se denomina así en honor al hijo del dios del Sol, Helios, y es el cuarto asteroide que pasa más cerca del sol, a sólo 21 millones de km, o lo que es lo mismo, a menos de la mitad de la distancia de la máxima aproximación de Mercurio al sol. Faetón es un asteroide de la familia de los Apolos, de 5 km de diámetro, cuya distancia máxima está más allá de la de Marte, pero que se interna además en la de la Tierra, Marte, Venus y Mercurio.

  • Potencialmente peligroso

El número de este tipo de asteroides, con un tamaño mínimo de varios metros, pueden ser de hasta 70 millones. Es una de las familias de asteroides catalogados como NEOS, objetos próximos a la Tierra, con el correspondiente peligro de impacto sobre nuestro planeta. Es un asteroide potencialmente peligroso para la Tierra, pues su órbita se aproxima a la de nuestro planeta hasta los 3 millones de km. Un objeto de esas dimensiones podría provocar un desastre a nivel planetario.

La órbita de Faetón corresponde más claramente con la de un cometa que con la de un asteroide, debido a que es muy elíptica (muy achatada). Los asteroides se suelen mover en órbitas más o menos circulares entre Marte y Júpiter (cinturón principal de asteroides), o poco más allá del planeta enano Plutón (Cinturón de Kuiper), pero no suelen atravesar las órbitas de varios planetas en una órbita bastante elíptica. La última vez que se aproximó Faetón a la Tierra fue en diciembre de 2007, y volverá a hacerlo en 2017. El período que emplea en girar alrededor del sol es de sólo 3,321 años, muy similar al cometa Encke, el que menos tiempo emplea en girar sobre el sol y se espera que entre 2050 y 2060 se convierta, por el desgaste de tantas aproximaciones a nuestra estrella, en un asteroide. Las famosas lluvias de meteoros de las Leónidas y las Táuridas son producidas por este cometa, y seguirán cayendo cuando se convierta en un asteroide. Lo mismo que ocurre con las Gemínidas y el asteroide Faetón.

Con el tiempo y tras no poder seguir enviando al espacio material procedente de este cometa extinguido como es Faetón, la lluvia de las Gemínidas desaparecerá del cielo. Las lluvias de estrellas fugaces o de meteoros se mantienen gracias a la aportación de material de los cometas. Si se convierten los cometas en asteroides, a medida que pase el tiempo, las lluvias vinculadas a estos, que ahora son asteroides, se irán desvaneciendo.

Nunca se ha visto una cabellera alrededor del asteroide Faetón que indique la eyección de materiales propia de un cometa, y mucho menos una cola, típica de los cometas cuando se acercan al sol y volatilizan el hielo que los rodean.

Faetón debe ser un antiguo cometa extinto. Los cometas que orbitan al sol en órbitas cerradas y que llevan millones de años haciéndolo, sufren un desgaste progresivo, y el hielo que rodea a estas rocas se va desgastando, hasta que llega un momento en que no queda nada y la roca queda completamente descubierta, sin hielo que la rodee. Faetón ya ha dejado todo el material que lo rodeaba en el especio. Y es precisamente este material que lleva flotando en el cielo durante siglos el que produce la lluvia de estrellas fugaces de las Gemínidas. Mucho trabajo costó dar con aquel objeto que la provocaba. Pocos podían pensar que se trataba de un cometa agotado, de un asteroide.

 Geminidas (2)

Curiosamente, el 14 de diciembre de 2012, la lluvia de las Gemínidas coincidió por primera vez con una lluvia de meteoros procedentes de un cometa que ha cambiado su órbita varias veces debido a la gravedad de Júpiter, en 1972 y 1984, denominado 46P/Wirtanen. Muchos investigadores piensan que la lluvia de las Gemínidas es tan espectacular por la combinación de los desechos del asteroide Faetón, con los del cometa 46P/Wirtanen. Al menos esto ocurrió el año pasado.

Nota: Fernando Romero

Fotos: ABC Ciencia

Fuente: Miguel Gilarte Fernández, director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata (Sevilla) y presidente de la Asociación Astronómica de España.