Cuando la misa que se celebró en la puerta de la histórica iglesia Nuestro Señor de Renca terminó, el olor del incienso se sintió más fuerte y abrió el camino para que la imagen del Santo recorriera las cuatro calles que rodean, tal vez, la plaza más grande de San Luis. El gobernador de la Provincia, CPN Claudio Poggi, junto a su esposa, Sandra Correa acompañó la tradicional ceremonia del último día de las celebraciones religiosas que en esa localidad congregaron a miles de personas. “Que el Cristo de Renca y el Cristo de la Quebrada nos sigan iluminando”, dijo el primer mandatario.