La primera siembra aérea se realizó en 15 hectáreas de la zona afectada, con un total de 15 mil bombas de semillas. La iniciativa ya planea su segundo vuelo, donde se lanzarán 45 mil bombas en 35 hectáreas. La acción tiene como objetivo frenar el desequilibrio hídrico e intensificar la forestación.

Están hechas de tierra, papel reciclado y semillas de raigrás perenne, una planta usada para parquizar. Podrán arrojarse en el patio, macetas o espacios públicos hasta que la primera lluvia las desarme y germinen.