lunes, 21 octubre de 2019 | 14:58

La situación en Chile

La desigualdad acumulada en años, estalló por la suba de 20 centavos de dólar en el transporte público y la suba de un 20% en las tarifas eléctricas. La responsabilidad de dirigentes y la proximidad de las elecciones, ha evitado una situación parecida en Argentina.

Son vecinos. A los puntanos nos queda más cerca Santiago que Buenos Aires. Los que nos proponían como modelo de país a Chile, hoy deben permanecer en silencio.

Una sociedad profundamente desigual. Donde la educación y la salud, son privilegio de los que tienen recursos para afrontarlos. Baste con mirar que es más barato venirse a estudiar a las universidades argentinas que hacerlo allá o preguntar a alguien que viajó y tuvo la mala suerte de enfermar en el país trasandino.

La gota que colmó el vaso fue el aumento de $12 argentinos en el boleto de subterráneo o metro, conjuntamente con el incremento del 20% en las tarifas eléctricas. Para nosotros teniendo en cuenta los aumentos de los últimos años, nos parece una ganga. La pregunta surge sola ¿Por qué no ocurre aquí?

Una diferencia es el acceso a la salud y la educación. Pero mirando los últimos tiempos, creo que la diferencia central, es que en Argentina, existe dirigencia responsable. Los movimientos sociales tienen caras visibles, lo que no ocurre en Chile. La oposición política a Macri, sobre todo luego de las PASO, ha sido sumamente prudente. Alberto Fernández, el más que probable próximo presidente, pidió no salir a la calle, le pidió a los gremios aeronáuticos suspender los paros, etc.

Ayer en el debate el presidente Macri insistió en la agresión del kirchnerismo, en primer lugar para mermarle valor o reducirlo al Frente de Todos, que está integrado por 12 partidos y no solo por un sector del peronismo. En cuanto a la agresividad, se imaginan que hubiera pasado si después del 11 de agosto, la ex presidenta hubiera dicho algo así como que la cuestión electoral estaba decidida y que el presidente debería reflexionar. O que el presidente ya no tenía poder político, ni de decisión.

El presidente chileno hechó más nafta al fuego, cuando dijo rodeado de militares “estamos en guerra”. Hoy lo desmintió el militar a cargo de garantizar que el estado de emergencia y el toque de queda se cumplan.

La proximidad de las elecciones, nos salva de estar viviendo lo que viven en estos días nuestros vecinos de Chile.