Temporal en el norte provincial
martes, 03 marzo de 2015 | 22:56

Prevención por picaduras o mordeduras por animales ponzoñosos

Tras los relevamientos hechos por el Ministerio de Salud en la zona norte de la Provincia, puntualmente en localidades afectadas por las intensas precipitaciones pluviales, con la consecuente crecida de los ríos e inundaciones, el titular de la cartera, Gastón Hissa, dispuso el alerta epidemiológico a fines de sensibilizar a la población y extremar la vigilancia ante el riesgo de que los habitantes de la zona sufran picaduras o mordeduras por animales ponzoñosos, cuya proliferación es propia de este tipo de situaciones climáticas.


El funcionario resaltó que “la medida obedece a un criterio preventivo, a los fines de evitar inconvenientes mayores, recomendándose por ende extremar los cuidados, teniendo en cuenta que este tipo de animales suelen esconderse o anidar en lugares como piedras, árboles, cuevas, resumideros, huecos en la pared o el piso, entre otros. Por lo tanto, es importante tratar de no caminar sin calzado, evitar introducir pies o manos en huecos de árboles, piedras, cuevas o nidos; procurar sacudir ropa de cama, calzado y prendas de vestir antes de su utilización, también alejar algunos centímetros las camas de la pared, prestar atención al piso del baño antes de bañarse, cubrir con tela metálica los resumideros; usar botas de caña alta, de cuero o goma gruesa, cuando se transite por el campo; mantener limpio y ordenado el interior de los hogares y libre de malezas patios, jardines u otras superficies amplia que rodeen las viviendas, y no acumular leña, ladrillos o escombros cerca de la casa. En los campamentos se recomienda cerrar bien las carpas durante las horas de descanso y de paseo; mantener acomodadas mochilas, bolsas de dormir y otros elementos, en tanto que las zonas serranas se sugiere no sentarse en pircas o acampar cerca de ellas”.

“La peligrosidad de los ponzoñosos depende tanto de la variedad del animal involucrado, como de la edad de la persona afectada y la cantidad de veneno inoculada -añadió Hissa-. Por esta razón, es de gran utilidad reconocer el tipo de serpiente, araña o alacrán que causó la picadura o mordedura, a fin de orientar al médico tratante”.

Alacranes

Estos arácnidos, también llamados escorpiones, poseen veneno para inmovilizar a sus presas, pues se alimentan de insectos, arañas, cucarachas y pequeños vertebrados. El veneno se encuentra en dos glándulas situadas en la cola y comunicadas con el aguijón. Las especies más frecuentes son el bothriurus bonariensis y el tityus trivittatus; la picadura de éste último puede producir un cuadro con afectación neurológica y compromiso general, así como ocasionar la muerte por fallo cardíaco en niños o ancianos.

El jefe del Programa Epidemiología y Bioestadística, Cristian Cano, puntualizó que “la especie bothriurus bonariensis es de color castaño, tiene pinzas anchas y redondeadas y su cola tiene un solo aguijón inoculador. El tityus trivittatus también es castaño, con tres bandas longitudinales oscuras en el dorso. Sus pinzas son largas y delgadas, mientras que su cola tiene una púa en la base del aguijón, es decir un doble aguijón”.

Arañas

Las más comunes y peligrosas son la viuda negra o latrodectus sp y la castaña domiciliaria o loxosceles sp.

– Viuda negra o latrodectus sp: sólo la hembra es venenosa. No mide más de 12 milímetros. Tiene su dorso negro, el vientre globoso y del tamaño de un garbanzo, con una mancha de color rojiza o naranja con forma de copa o reloj de arena en la zona ventral. Vive al aire libre, en zonas oscuras y húmedas (debajo de piedras, escombros, etc.), a nivel del suelo. No es agresiva, sólo pica si se la molesta o aprieta.

– Castaña domiciliaria o loxosceles sp: Mide de 8 a 9 milímetros de largo. Es gris, tostado marrón o negruzco, según el espesor de la capa de pelos y cerdas. Sus hábitos son nocturnos, es huidiza y no agresiva. Se la suele encontrar en cuadros, cajones o detrás de muebles. En caso de picadura.

Serpientes

Cinco serpientes son consideradas venenosas:

– Yarará chica: de 1,20 metro de largo, grosor mediano, de color grisáceo o castaño. Su cuerpo tiene diseños en forma de trapecios que se unen en la línea media del cuerpo. Es la más común y se encuentra por lo general en toda la provincia de Córdoba, como también en algunos sectores limítrofes con San Luis.

– Yarará grande: Es más grande que la anterior, de 1,50 metro de largo y es más vistosa. Su cuerpo es grueso, con amplios dibujos laterales de color castaño oscuro ribeteados de blanco, que semejan una “C” acostada. En el dorso de su cabeza presenta un dibujo más claro en forma de cruz. Vive en zonas húmedas y bordes de ríos o lagunas.

– Yarará ñata: Generalmente no alcanza el metro de longitud. Su hocico está dirigido hacia arriba. Presenta dibujos rectangulares alternados a ambos lados de la línea media del cuerpo. No es frecuente de encontrar y habita en zonas elevadas de las sierras, entre los mil y dos mil metros de altura, especialmente en quebradas y zonas protegidas.

– Cascabel: Puede llegar a medir más de un metro y medio de largo. Es Inconfundible por su “crótalo”, apéndice que, al ser agitado, produce un sonido crepitante muy particular que le sirve para anunciar su presencia. Tiene cuerpo grueso de color castaño con manchas romboidales marrones de borde amarillo.

– Coral: Puede llegar a un metro de longitud. Tiene cuerpo largo y delgado, rodeado por bandas transversales negras y rojas. Dentro de cada banda negra hay otras dos más delgadas de color blanco o amarillo. Su cabeza casi no se diferencia del resto del cuerpo, tiene cola corta y sus hábitos son subterráneos.

Ante cualquier duda comunicarse con el centro de salud u hospital más cercano, o al Programa Epidemiología y Bioestadística: Teléfono: 0266 -4452000/2010 ? Internos 3090/3531/3123 Correo electrónico: programaepi@sanluis.gov.ar Av. Serranías Puntanas Km 783, Edif. Proyección al Futuro, Ala 2 ? 2° Piso Terrazas del Portezuelo.

Nota y fotos: Alfredo Salinas- Prensa Ministerio de Seguridad