NUEVA YORK
domingo, 08 junio de 2014 | 13:46

“No tengo excusas, perdí bien”, declaró Martínez

“No tengo excusas, perdí bien y Cotto me ganó con justicia. Pablo (Sarmiento) mi entrenador sabrá lo que hizo cuando paró la pelea. No es momento de decidir qué voy a hacer en el futuro. Se necesita tiempo y claridad mental que ahora no tengo”, declaró “Maravilla” Martínez cuando bajó del cuadrilátero.

Sergio “Maravilla” Martínez resignó anoche el título mediano del  Consejo Mundial de Boxeo (CMB), ante el puertorriqueño Miguel Cotto que lo derrotó en forma contundente por nocaut técnico en el noveno round, cuando dijo “basta” y quedó sentado en su rincón totalmente abatido cuando iba a comenzar el décimo capítulo ante el estupor de los 21.000 espectadores que colmaron el mítico Madison Square Garden de Nueva York.

El principio del fin para “Maravilla” Martínez comenzó en el primer round cuando fue sorprendido por el boricua Cotto que con decisión lo “madrugó” y le propinó tres caídas que definieron el pleito porque los ocho restantes asaltos fueron un “suplicio” para el bonaerense.

Los interrogantes sobre el estado físico de Martínez tras una inactividad de más de 13 meses habían quedado a un lado porque el boxeador se mostraba potente y confiado. Además el entorno estaba con buen humor y armonía por la buena onda que irradiaba el quilmeño, pero evidentemente la exigencia de un combate de estas características pusieron en el tapete la realidad de su estado.

Seguramente el físico le pasó la “factura” al guapo “Maravilla” que a los 39 años y varias batallas: en el ring y ante sus peores enemigos, las lesiones constante en las rodillas principalmente y manos, lo fueron “minando” y a pesar de sus cuidados y especiales entrenamientos, fueron más fuerte que él y lo vencieron.

Sergio "Maravilla" Martínez resignó anoche el título mediano del  Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Sergio “Maravilla” Martínez resignó anoche el título mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El argentino en ningún momento se pudo recobrar de la primera mano de Cotto que lo envió al tapiz y aunque se levantó, evidenciaba estar muy sentido y como desconcertado, pero siguió peleando y luego vinieron las otras dos caídas que pudieron haber terminado el pleito en ese primer asalto pero el correcto árbitro canadiense Michael Griffin con criterio lo dejó continuar.

Cotto con sus cruzados de izquierda controló a Martínez en los asaltos siguientes que se mostró lento de piernas y sin consistencia en ellas para poder sacar golpes efectivos que pudieran revertir la historia pero solo lo mantuvo en pelea por su guapeza y rodaje profesional.

El boricua fue paciente y no tuvo apuros para definir el combate, quizás sabiendo que enfrente tenía a un boxeador inteligente y que un descuido le podría traer un serio disgusto y echar por tierra el excelente trabajo que había realizado en el comienzo.

Y así llegaron al noveno asalto. Cotto con un perfecto ascendente abrió el camino del triunfo definitivo. Martínez se cortó en la ceja derecha y sufría la pelea como nunca antes le había sucedido, y cuando terminaba el round recibió un directo de derecha que le aflojaron las piernas y recibió a otra cuenta de protección por parte del referí Griffin.

Tras ese capítulo definitorio, Pablo Sarmiento con buen criterio y resguardando al boxeador decidió que “Maravilla” no podía seguir combatiendo cuando la campana llamó a ambos púgiles para continuar la pelea en el décimo episodio.

Ahora vendrán las recriminaciones a Martínez de algunos. La cautela y el razonamiento de otros. Muchas cosas se dirán de aquí en más sobre Martínez. Habrá que dejar que el boxeador decida lo que más le conviene. Solo “Maravilla” y luego sus allegados sabrán que resolverán sobre su futuro. Pero nadie le quitará la gloria obtenida a este boxeador que hizo revivir al boxeo argentino. Nada ni nadie podrá borrar la página que escribió el pugilista más importante de Argentina en el siglo veintiuno.

Nota: Roberto Pettacci – Especial para ANSL

Foto: Diario Olé

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