Reciclar, transformar, pensar en el futuro

Cada vez que en la Universidad de La Punta (ULP) se tira un papel al cesto, la planta de Reciclados ULP se pone en marcha. Con un procedimiento aceitado, que comienza en la separación de residuos en origen y finaliza en la encuadernación artesanal de las hojas recicladas, la casa de estudios provincial –por medio de la gestión de su rectora, Adelaida Muñiz-, busca convertirse en una universidad verde.

En el sector húmedo, el papel es mojado y licuado hasta lograr la pulpa

“El papel de primer uso consume una gran cantidad de recursos, empezando por los árboles, el agua y los productos químicos que utiliza. Es decir, si le diéramos un único uso a ese papel, estaríamos gastando muchísimos recursos”, explica Luis Rastrilla, responsable del programa Desarrollo Sustentable.

Bajo esta premisa, la ULP recicla todo el papel de oficina (así como el cartón) que se genera en el campus, tanto en el edificio de Rectorado como en el Parque Informático La Punta (PILP), el Parque Astronómico La Punta (PALP), el Data Center y las residencias estudiantiles.

El reciclado se realiza mediante un proceso artesanal, que no consume cloro ni otros químicos dañinos para el medioambiente. Además, emplea la menor cantidad de agua posible. De esta manera, se ahorra una gran cantidad de recursos naturales.

“Actualmente, reciclamos entre 20 y 25 kilogramos de papel por semana. Esto equivale a 8 o 10 resmas A4 enteras. De esta manera, nuestra producción asciende a la tonelada anual”, apuntó Rastrilla.

Un proceso al cuidado del medioambiente

La planta de Reciclados ULP funciona ininterrumpidamente desde hace seis años. Su planta está dividida en dos sectores: el sector húmedo, donde se realiza la pulpa y el moldeado de las hojas, y el sector seco, donde se desarrollan los distintos artículos artesanales (anotadores, cuadernos, lámparas, cuadros, etc.), que luego son puestos a la venta.

Pero, ¿cómo se recicla el papel de oficina que se genera en el campus?

1) Todo empieza en la separación de residuos en origen, que promueve la ULP en todo su predio. Una vez clasificado, el papel de oficina es transportado hasta la planta de la ULP donde se pesa.

2) Una vez allí, es cortado y puesto en remojo para ablandar las fibras. Posteriormente, se licúa con agua para producir la pulpa. Esta pulpa es teñida en forma orgánica mediante hojas y semillas autóctonas.

3) La pulpa es, luego, moldeada, escurrida y sometida a un proceso de secado y prensado. Este último le da un acabado final a la hoja.

4) Las hojas recicladas pasan, más tarde, al sector seco. Allí son sometidas a un proceso de pegado y cosido, y se transforman en anotadores, cuadernos, lámparas, portatacos, lapiceros y otros.

“La impronta artesanal hace que cada pieza sea única”, asegura Rastrilla. Estos productos pueden ser adquiridos en dos puntos de venta: la planta de Reciclados ULP y el PALP.

Cuadernos, sobres, lámparas y otros, son el resultado del reciclado del papel

El trabajo con las escuelas y las empresas

Durante el ciclo lectivo, Reciclados ULP ofrece talleres a las escuelas primarias y secundarias de San Luis, para que los chicos aprendan a reciclar papel. Las instituciones que no puedan acercarse a la casa de estudios no quedan excluidas de la actividad: en ese caso, la propuesta se acerca a ellas con el mismo taller.

“La respuesta de los chicos es maravillosa. Son muy curiosos y se interesan mucho por el reciclado del papel –confirma el responsable de Desarrollo Sustentable-. La idea es motivarlos a que sigan reciclando cosas, para que puedan hacer sus propias obras de arte así como objetos funcionales”.

Pero éste no es su único frente de acción. En el ámbito empresarial, busca que cada vez más entidades privadas y públicas clasifiquen sus residuos en origen. “Este es el punto de partida de todo el proceso de reciclado”, afirma Rastrilla.

Nota y foto: Prensa ULP