Una segunda oportunidad para los jóvenes de Unión

La Autopista de la Información (AUI) llegó al sur provincial para instalar antenas CPE a los alumnos del Plan Educativo 20/30. Detrás de cada uno de los dispositivos de conexión instalados hay historias. Historias de jóvenes de entre 20 y 30 años, que encontraron en este plan de terminalidad educativa una segunda oportunidad. 

Magdalena Sánchez (20) recibió en su hogar a los técnicos de la AUI

Rubén Darío Sombra (29) es uno de ellos. Nacido en La Pampa y radicado en la localidad de Unión desde hace años, enseña a bailar folclore en Arizona y Fortuna. “Amo la cultura y la llevo muy adentro. Me gustaría terminar el secundario para difundir lo que hacen nuestros artistas desde la Secretaría de Cultura”, asegura Rubén. Y añade: “Me siento muy orgulloso de formar parte del  Plan Educativo 20/30”.

El joven bailarín debió abandonar la escuela en 7º grado. La separación de sus padres y la muerte de su hermano lo obligaron a abrazar la cultura del trabajo a los 14 años. “Uno de chico no se da cuenta de lo importante que es el estudio. Hoy estoy convencido de querer concluir el secundario y sé que voy a hacerlo porque soy un luchador”, afirma con determinación.

Volver al aula significó para Rubén encontrarse con gente joven que tiene sus mismas inquietudes y motivaciones. Además, implicó conocer de cerca los beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías. “A veces llego a mi casa tarde, por lo que esta antena me va a permitir a estudiar cuando yo quiera”, destaca.

Un sueño por cumplir

Al igual que Rubén, Magdalena Sánchez (20) asiste tres veces por semana a la Escuela Primaria N°240 “Provincia de Río Negro” para terminar el secundario. “Lo dejé porque me había llevado dos materias de 7º grado y no las podía aprobar”, recuerda Magdalena.

Inmediatamente después, empezó a ayudar a su mamá en las tareas hogareñas y a dar clases particulares de Lengua, Matemáticas, Sociales y Naturales a los alumnos de primaria de Unión. Hoy sueña con concluir sus estudios para seguir la carrera de enfermería. “Es mi deseo más grande”, asegura.

En este nuevo objetivo cuenta con el apoyo de su mamá, Ramona Echegaray, su papá y sus hermanos menores. Según su madre: “Para mí es una alegría muy grande que ella vuelva a estudiar. Espero que aproveche esta oportunidad. Ella sabe que yo la apoyo en todo lo que emprenda”.

Ramona es una mujer que sabe de sacrificios y sueños por cumplir. Comenzó el primario a los 10 años y sólo hizo hasta cuarto grado por decisión de su madre. “Como mamá me siento orgullosa de que mi hija haya tomado esta decisión. Con estudios va a poder aspirar a un futuro mejor”, afirma.