ARTISTAS LOCALES
domingo, 17 enero de 2016 | 13:23

Tania Cometto, una bailarina con historia

A los 38 años, la joven puntana continúa incursionando en diferentes lenguajes artísticos. Actualmente dicta un taller de danza contemporánea en la ciudad de San Luis donde fusiona las técnicas del clásico, flying low y yoga. Luego de recorrer escenarios y continuar en una permanente búsqueda por el sentir verdadero y la interpretación de cada baile, anhela que en San Luis haya una escuela de formación para que todos puedan aprender y descubrir el mundo de la danza.

Tania Cometto, bailarina puntana.

Tania Cometto, bailarina puntana.

Sentada en el espacio amplio y tranquilo donde realiza sus talleres todos los días, Tania recordó que inició en la danza clásica a los 8 años, en diferentes academias.

Luego conoció a Patricia Alori, quien la formó desde los 10 años: “Ella fue quien nos conectó con Buenos Aires, conocimos bailarines del Teatro Colón y todos los veranos íbamos a hacer talleres, allí nos daban todas las técnicas. También había muchos concursos y eso nos estimulaba mucho”.

Cursó sus estudios en el Instituto “Santo Tomás de Aquino” y al finalizar la secundaria partió a Buenos Aires para rendir examen e ingresar en la escuela del Teatro San Martín. “Eran un montón de exámenes, todos te observaban. Primero se rendía el examen físico, eran tres semanas eliminatorias donde íbamos a ver la lista con ansiedad a ver si aparecíamos y finalmente estaba mi nombre”, sonrió al volver a esa época de su historia y aseguró que fue hermoso poder entrar y vivir en un mundo profesional de la danza.

“Esas experiencias nos enriquecieron, fueron hermosas, participamos en concursos en el Teatro San Martín, Teatro El Globo; conocimos a grandes artistas como Héctor Zaraspe, Paloma Herrera, Olga Ferri, quien fue maestra de Paloma, también tuve la oportunidad de conocer a Jorge Donn. Son conocimientos y vivencias que quedan para siempre; la danza es aprender desde el ejemplo del otro, desde lo que muestra con el cuerpo”, agregó con el tono de voz tranquilo que la caracteriza.

La bailarina se formó tres años intensos en la escuela del Teatro San Martín en los que realizaba dos clases por día, de lunes a sábado. Pero su curiosidad por diferentes movimientos no cesó y se interesó por interiorizarse en artes marciales en el Instituto Universitario Nacional de Arte, en donde se especializó en intérprete contemporáneo.

“La danza tiene mucho de técnica, un bailarín tiene que experimentarlo en su cuerpo, la teoría sirve para saber desde donde viene, te sitúa, pero todo lo demás es vivencia pura, es experimentar”, reflexionó Tania.

En el año 2000 retornó a San Luis por las becas BAS XXI, que incentivaron a muchos artistas que se habían ido de la provincia a regresar.

“Era una época dura donde muchas actividades quedaron suspendidas, no había mucho trabajo a nivel artístico, entonces fue una buena iniciativa y una gran oportunidad para todos nosotros. El Gobierno de San Luis te seleccionaba con un jurado y se daban becas de distintos rubros, pintura, escultura, danza clásica, contemporáneo y folclore. Vos te presentabas y si quedabas tenías la oportunidad de dar clases durante todo el año, te pagaban un sueldo y a fin de año presentabas una muestra”, explicó la puntana. Las personas interesadas en realizar las clases tenían el beneficio de que era gratuito.

“Fue muy linda la experiencia, estuve varios años con las becas, formé grupos de adultos, niños; e interactuaba también con paisajes de la naturaleza”, consideró.

A partir de allí, agregó clases particulares también y comenzó a transmitir todo lo que ya había aprendido en su carrera, dio clases de danza-teatro, donde también incursionó en el Instituto Nacional del Teatro. La joven afirma que le apasiona lo nuevo, lo que sucede en la actualidad, desde el arte y desde las nuevas tendencias.

Se formó en diferentes disciplinas cómo el clásico, butoh, yoga, danza contemporánea, entre otras.

Se formó en diferentes disciplinas cómo el clásico, butoh, yoga, danza contemporánea, entre otras.

“Luego, me formé en danza butoh, que es una danza japonesa que tiene mucho de improvisación y composición, porque mi búsqueda estaba en crear y descubrir cosas nuevas, no sólo dar clases y mover por moverse, sino que lo que se diga y se haga tenga un sentido y transmitirle al público en las obras algo que también está pasando desde mi perspectiva. Tomé clases con Rhea Volij, quien me ayudó a darme cuenta de la conexión que había con lo que ya había experimentado con el clásico, contemporáneo, danza teatro y me faltaba la danza butoh para poder lograr entrar en el sentimiento de lo que estaba bailando”, detalló la artista.

Otra disciplina que resaltó Tania y que le permitió retornar a su danza personal fue el yoga ashtanga, un tipo de yoga dinámico: “Me interesaban otros movimientos y el yoga me sirvió para experimentar la elasticidad, flexibilidad, fuerza, estiramiento, las verticales, que no tiene el clásico pero el contemporáneo sí, entonces el yoga fortalece esa parte, me da mucha conciencia y mucha salud y eso me encanta, porque cuando uno llega a una determinada edad hay que comenzar a cuidarse”.

Actualmente la bailarina realiza un taller de danza contemporánea en la Sala “Barco”, ubicada en Güemes 90, un lugar que ella misma ambientó para el dictado de las clases. La fusión que se presenta es una unión del clásico, el yoga y el flying low. Esta última disciplina se basa en la conexión con el piso y la soltura del cuerpo.

En su relato, la bailarina sostuvo que encontró en esta fusión de la danza contemporánea el poder brindar encuentros para todas las personas que no tienen experiencia previa, para que no sientan que es una exigencia y algo difícil de hacer, sino que también puedan de a poco ir captando lo básico de la danza y sientan que lo pueden realizar.

De a poco, planea incorporar la improvisación y composición en su taller, pero antes se plantea como meta realizar un recorrido por la técnica para conseguir una base sólida en el baile, donde cada uno pueda comprender paso a paso su cuerpo y después, cuando ya se tienen todas esas herramientas, entrar en el mundo de la composición e improvisación.

“Toda la fusión de la técnica que ofrezco en el taller tiene que ver con mi búsqueda y mi formación, mi idea era encontrar una danza genuina que tuviera que ver con todo lo que venía indagando”, sentenció.

En el final de la charla, Tania expresó que su anhelo es tener una escuela de formación en San Luis para todos los jóvenes que les interese incursionar en el mundo de la danza.

La joven artista en la presentación de una de sus obras.

La joven artista en la presentación de una de sus obras.

Algunas de sus obras

“Espectros de Papel”

 Es un unipersonal de danza-teatro que fue presentado por primera vez en 2008.Trabaja con elementos en el escenario, como cortinas de papel y bolsas de nailon. Caracterizada por su autora como onírica, la obra refleja la historia de una mujer que se va quedando dormida al borde de un río y empieza a reflexionar acerca de su vida y de todo lo que realizó hasta ese momento.

A partir de ahí ingresa como en un estado de sueño y le van sucediendo cosas al verse en el reflejo del agua relacionadas a la transformación. La iluminación es realizada por Emiliano Mabromata, su pareja, quien es artista plástico, escultor, ceramista. En 2015 la volvió a recrear y presentar en la Sala “Berta Vidal de Battini”.

“Ciudad de Humo”

El eje central de la obra es el medioambiente. Los personajes utilizan trajes con bolsas recicladas de nailon al igual que la escenografía. Evidencia un mundo desbastado donde no ha quedado absolutamente nada. Es así que  los intérpretes comienzan a preguntarse e intentar comprender por qué se encuentran ahí. Ellos son los últimos sobrevivientes del mundo. El mensaje es crear conciencia porque la tierra da señales y avisa de su estado, entonces hay que ponerse en acción para hacer algo que cambie ese destino.

 “Cuerpos Invisibles”

Fue el último trabajo realizado por Tania Cometto con ocho bailarinas, surgió de un taller de danza contemporánea. En la presentación se hace hincapié en la monotonía, la repetición del ser humano, de responder a un ritmo siempre igual en la sociedad, los personajes buscan la libertad, poder cambiar la esclavitud de la rutina. Es en ese momento donde aparece la idea de “Cuerpos Invisibles” en el hay un cuerpo dentro de uno, que es invisible, y que también quiere salir desde lo interno hacia un lugar transformador.

Video: Tania Cometto, una bailarina con historia

Nota: Cinthia Agüero Patafio.

Fotos: Gentiliza Tania Cometto.

Corrección: Berenice Tello.

Edición de Video: Fernando Testi.