Semana de la puntanidad
domingo, 17 agosto de 2014 | 09:31

Sanluisismo hermanado de sabiduría milenaria

Pablo Héctor Ossola, autor villamercedino de “el Bramido del Puma”, comparte la visión de los pueblos originarios, cuya conciencia cósmica, tradiciones, y respeto por la naturaleza, enriquecen la cultura provincial. 

Héctor Pablo Ossola señala que la luz interior en la tradición ranquel significa tener los pensamientos claros, reflexionar.

Héctor Pablo Ossola señala que la luz interior en la tradición ranquel significa tener los pensamientos claros, reflexionar.

 El periodista y docente oriundo de Villa Mercedes, publicó en 2009 “El Bramido del Puma”, obra que describe el surgimiento de la raza ranquel y explica la entrega de tierras a los descendientes originarios por parte del Gobierno de la Provincia.

“Hay un grandioso universo al alcance de los hombres del siglo que estamos transitando”, señala Héctor Ossola, jubilado y miembro de la junta de Estudios Históricos. La semana de la puntanidad y el sanluisismo del 17 al 25 de agosto, institucionalizada por ley, es la ocasión propicia para reflexionar en cada escuela.“Si logramos- aporta Ossola- que desde niños las nuevas generaciones de sanluiseños respeten profundamente a los seres vivos, como los rankulches respetaban al árbol, en especial el witrú (caldén) al que consideraban sagrado por todos los beneficios que obtenían de esa especie. Si los niños respetan y consideran de enorme importancia al vacuno, al lanar, al caprino, al  caballar y  al porcino, habremos dado un paso fundamental para la instalación de una nueva conciencia”.

El respeto por la madre tierra, también contribuye a un nuevo estilo de vida. “Una conciencia de agradecimiento, de feliz concordancia entre todos estos elementos gozando de una calidad mejor. Porque así es el aire de nuestra provincia. Así es el clima y el ambiente en que nos movemos. Una característica que nos distingue con acentuado sanluisismo y nos promete una existencia feliz y  saludable.”, destaca Ossola.

__ Saberes tradicionales como el rastreo en la cultura Huarpe o los secretos medicinales, ¿De qué manera han permanecido a lo largo de la historia en la  identidad puntana?

_ Los hombres y mujeres de la comunidad Huarpe, hacían gala de su conocimiento, especialmente en lo que concierne a la orientación, a la marca que dejaban los animales, los hombres, en el suelo por donde transitaban. El rastreador fue un modelo acabado de ciencia innata, que venía de la profundidad de los tiempos. Rastrear una huella, era algo digno de ser respetado porque el sentido de orientación estaba asegurado. Pero había más todavía: el rastreador conseguía detectar la presencia de agua, en un páramo donde solo se veían piedras y terrenos destruidos por la sequía. Esta sabiduría continúa presente en los integrantes de esta etnia y tales conocimientos pueden transmitirse a los hombres de hoy. ¿Acaso un ingeniero agrónomo puede adquirir esos saberes? La historia continúa su marcha… y los conocimientos no se deterioran con el pasar del tiempo. Están ahí, como si aguardaran una saludable expansión para hacer más placentera la existencia de la gente. Así se conforma una personalidad en las nuevas generaciones, que ahora subyace en el alma de las distintas culturas originarias, pero al  enriquecerse mutuamente con las del hombre de hoy, se proyectan en un saluisismo agigantado por la confluencia de numerosas corrientes por donde navegan los conocimientos naturales y científicos.

“El Bramido del Puma”, describe el surgimiento de la raza ranquel y explica la entrega de tierras a los descendientes originarios por parte del Gobierno de la Provincia.

“El Bramido del Puma”, describe el surgimiento de la raza ranquel y explica la entrega de tierras a los descendientes originarios por parte del Gobierno de la Provincia.

__ Desde que se les restituyeron derechos y tierras a las comunidades originarias, ¿Cómo analiza la redefinición de la puntanidad? ¿Culturalmente, en qué puntos todavía hay que crecer?

_La restitución de derechos y tierras a las comunidades originarias constituyó un paso gigantesco en materia de lograr un cambio sustancial en las próximas generaciones de San Luis. Insisto en la instalación a partir de la niñez, de una nueva conciencia cósmica. Promoviendo desde la más primerísima etapa de la educación e instrucción, la actitud fraterna y solidaria con los seres vivos que comparten con las gentes, la tierra, el aire que respiramos, el sol que nos abriga, las estrellas que admiramos. No todo debe consumirse en esta convivencia armoniosa. También se plantea con urgencia desde los comienzos, crecer, madurar, desarrollarnos juntos, intercambiando experiencias y saberes. No hay que engañarse: este punto padece de enanismo. No hemos adelantado ni un solo paso. Este es un aspecto que ni siquiera hemos abordado. Mantenemos un déficit que urge solucionar. Los originarios, poniendo a disposición aquellas inteligencias que se han transmitido a través de milenios. Los hombres blancos o de estos tiempos de comprobada  necesidad de amalgamar los saberes tradicionales con los saberes que siguen líneas de evolución creciente y permanente. ¡Solo en esta conjunción de inteligencias se conseguirá un resurgimiento de una nueva y espléndida raza humana, que florece y se expande en los umbrales de este siglo!

La sabiduría ancestral

El guerrero ranquel Payné Nuru  “Zorro Celeste” fue nombrado cacique en 1836. Su hijo Paguithrus Guor, “Zorro Cazador de Leones” estuvo cautivo en una estancia de Juan Manuel de Rosas, quien lo bautizó y le dio su apellido.

Un día, Mariano Moreno logró fugarse para regresar a las tolderías. “En realidad, Payné Nuru aprovechaba las noches invernales para ofrecerles a sus hijos, las lecciones de vida. Allí, en las cercanías del toldo del cacique general de los rankeles, junto al fuego que chisporroteaba, los jóvenes rankulches miraban la boca de su padre que exteriorizaba una cascada de inspiración, provenientes del espíritu del lonko. Allí estaba Panghitrus Guor, Zorro Cazador de Leones, que admiraba la sabiduría de su progenitor y que con seguridad, habría de aplicar en el futuro, cuando le tocara en suerte convertirse en la lanza mayor de las tribus”, describe Ossola, aquel tiempo ensombrecido también por malones.

Héctor Ossola, autor villamercedino de “el Bramido del Puma”, comparte la visión de los pueblos originarios en San Luis.

Héctor Ossola, autor villamercedino de “el Bramido del Puma”, comparte la visión de los pueblos originarios en San Luis.

Payné comparaba la ignorancia con “estar atado a las cadenas de las tinieblas. Eso es lo que vuelve imposible descifrar el silbido del viento, el canto de las aves y el impetuoso correr de las aguas”.

“Es bueno tener en cuenta que las tinieblas, la noche, o el velo oscuro, quieren decir lo mismo: la falta de claridad en los pensamientos. Si esto tiene lugar, torna imposible tomar una buena decisión para resolver un problema”, resalta el periodista.

“¿Qué se requiere entonces?-continua- .Actuar siempre con la cabeza fría. Tener los pensamientos ordenados y contar con las luces del alma todas prendidas. Es verdad que Payné insistiría con sus hijos en cuestiones más profundas, especialmente cuando les hablaba de “la luz interior”. Y en esto debemos ser sinceros: Panghitrus (Mariano Moreno) no llegó a comprenderlo totalmente. Lo haría cuando madurara como hombre.”

Para Ossola, en la cultura ranquel, carecer de luz interior “es como declararse prisionero en una jaula de hierro. Es decir, que resulta imposible escapar”.

“Estoy convencido que Payné debió beber en algún lugar pensamientos de la Santa Biblia. En forma muy aislados. Cuando les anticipaba a los hijos que `en lugar de las tinieblas, el Dios de los buenos te regala una columna de fuego, para enfrentar los temores y los sobresaltos. Entonces serás un guerrero implacable´, sostiene Ossola.

Payné les recordaba que también los justos experimentaron la muerte. “En tiempos de Carripilun, las tribus sufrieron masacres en el desierto. Pero desde la montaña vino el jefe que afrontó la cólera del winka y puso fin a tantas calamidades. Aludía sin duda a Yanketrus, el jefe que mantuvo al imperio rankel bajo cuatro cerrojos y no permitió que el blanco incursionara por los campos del Mamull Mapu”, historia Héctor, quien además transmite una perlada enseñanza de Payné: “para vencer la animosidad divina, no basta la fuerza del cuerpo ni el poder las armas que truenan y vomitan fuego, sino que se requiere la palabra. La palabra mesurada que hace entrar en razón al que inflige castigo y se le recuerda la alianza y juramento de los guerreros de antaño”.

_Liberato Tobares, detalla el perfil del puntano histórico: Amor a la tierra, religiosidad profunda, vocación docente, hospitalidad y sentido de libertad. ¿Cuánto ha cambiado ese retrato en la actualidad? ¿Es posible decir que aún hay rasgos que se mantienen?

_Todo está disponible. El Dr. Liberato Tobares ha enumerado los factores que la nueva generación de sanluiseños habrán de mostrar en su arquetipo existir en este mundo. Un profundo amor a la tierra, la espiritualidad creciente, el afán de comunicar y entregar mensajes para la permanente educación e instrucción, la ejercitación de una vocación hospitalaria que nos ha caracterizado desde siempre, pero esta vez actualizada y con la pretensión de una coexistencia humana que permita abrir y extender horizontes. Una apreciación del concepto de libertad, practicado en cada una de las acciones que requieren decisiones firmes y resueltas.

__ ¿Día a día cómo se construye el sanluisismo?

_El sanluisismo es una síntesis del accionar cotidiano del niño, del joven, del adulto que vive en una jurisdicción provincial, de neto carácter mediterráneo. El comportamiento de esta generación se destaca por la instauración comunitaria de un marco de paz social, que hace posible la tarea de los gobernantes y  el desarrollo armonioso de  un pueblo que asume la responsabilidad de cumplir con lo que le corresponde. Con respeto, con honradez, con trabajo, y en especial, llevando a feliz término la  incorporación de las nuevas características del hombre de San Luis: una personalidad reforzada con el amor a la familia, a Dios y a la Patria. Estas cualidades, se resumen en una calidad humana que se torna cada día más esencial. Su proyección no se agota en el suelo de la Patria Chica, sino que se proyecta con la fuerza de la creatividad al resto de la Nación Argentina.

 

 

Nota: Matías Gómez