Educación digital para adultos en el sur puntano, una nueva oportunidad

En la inmensidad del sur provincial, donde los campos sembrados abundan y la urbanización llega con tintes pasteles, las inquietudes y las esperanzas de superación tocaron suelo con la Escuela Pública Digital para Adultos (EPDA), una propuesta pensada para que los sanluiseños mayores de 16 años que dejaron la escuela puedan completarla.

La Universidad de La Punta (ULP) se encarga de la iniciativa en 66 Centros de Inclusión Digital (CID) que ha instalado en distintos puntos de la geografía provincial.

Con esta estrategia del Gobierno de San Luis busca que todos los puntanos alcancen la educación secundaria completa, con habilidades en matemática, lectura, escritura, ciencias y nuevas tecnologías. Ese objetivo va acompañado de las ganas de superación de quienes deciden retomar sus estudios. Tal es el caso de Nelda Domínguez, que a sus cincuenta años apuesta al conocimiento en el CID de Arizona para completar el secundario. Debido al trabajo rural que realizaba su padre, Nelda completó el primario a los 15 años. Luego, cursó el secundario nocturno hasta 2º año. La vida familiar la llevó a General Alvear, Mendoza. Nacieron sus hijos. Retornó a Arizona y con esfuerzo rindió libre la mayoría de las materias. Por razones laborales debió partir y su anhelo quedó nuevamente trunco. El destino la trajo de regreso a Arizona y en el CID vio sus esperanzas renovadas.

“Me permitieron rendir las cinco materias que me faltan. Siempre me gustó estudiar y leer. Mi hija estudia en la universidad y mi hijo terminó el secundario. Cuando mi hija me habla de lo que pasa en la universidad muchas veces no la entiendo. En parte, eso me motivó. Para poder hablar con alguien que está un escalón más arriba en conocimiento. Es importante estudiar para saber qué decir y salir de esa ignorancia”, sostiene Nelda.

También, contó que la idea de dar el ejemplo a sus hijos la motivó para tomar nuevamente los libros. “Siempre les dije a mis hijos que estudien y muchas veces la respuesta era: ‘Cómo me decís eso vos que no lo has hecho’. Así que decidí ser un ejemplo. Al principio me dio vergüenza venir al CID por el uso de la tecnología, sobre todo, pero me animé. Terminar me permitirá hacer cursos, y si me atrevo, me gustaría estudiar contabilidad”, manifestó. En la EPDA los alumnos estudian en aulas con computadoras para cada uno, lo que permite, al mismo tiempo, alfabetizarlos digitalmente. Y el currículo es personalizado para adaptarlo a la etapa escolar de cada alumno.

En Nueva Galia la escuela digital también anida sueños. Analía Vanesa Correa, de 25 años, dejó en noveno año del polimodal, sin pensar con profundidad su decisión. Y con el tiempo cambió de idea. “En su momento dejé sin pensarlo. Pero ahora para todo te piden tener esto terminado. Estudiar con la computadora es mucho más fácil. Tengo dos hijos, y uno de ellos recibió la compu del Gobierno. Entre los dos vamos aprendiendo”, comentó. A la vez, Analía fija metas por cumplir. “Esto incentiva a seguir, a buscar estar mejor; incluso hasta me gustaría poder hacer una carrera”, confesó.

Sentada al lado de Analía, junto a sus compañeras, Ruth Domínguez, de 20 años, comentó que cursó primer año, pero la carga horaria de ir a la mañana para hacer talleres y luego volver a la tarde a hacer las asignaturas regulares, sumado al recuento de las asistencias, la hicieron desistir de seguir estudiando. Sin embargo, cuando el CID fue instalado en el pueblo, las esperanzas de concluir sus estudios regresaron. “Tengo una hija de 2 años y estudiar acá me facilita todo. Vengo cuando puedo. Me llevo las tareas, hago muchas otras en casa, busco información. Ante una duda vengo al CID y Noelía –docente mentora de la ULP encargada del centro? me explica. Además es gratis y se pueden elegir los horarios para poder venir”, describió sobre las facilidades de la EPDA. A solo un módulo de matemática para recibirse, Ruth piensa en seguir estudiando. “Me gusta secretariado ejecutivo y ese fue uno de los motivos para terminar el secundario. El estudio es todo para mí. Para conseguir un trabajo mejor, poder tener un sueldo que no sea el mínimo, la condición es tener estudios”.

Un día de clases en el CID de Arizona