CONMEMORACIÓN
miércoles, 20 noviembre de 2013 | 13:13

Día de la Soberanía Nacional

El 20 de noviembre de 1845, en la batalla de la Vuelta de Obligado, algo más de un millar de argentinos enfrentó a la armada anglo-francesa en una gesta histórica que permitió consolidar definitivamente la soberanía nacional argentina.

A pedido del historiador José María Rosa y por medio de la Ley Nº20.770, el Congreso de la Nación instauró esta fecha en conmemoración de una de las epopeyas argentinas más importantes de la historia. Este año se celebrará el lunes 25, en lo que será el último fin de semana largo del año.

Vuelta

 

En Vuelta de Obligado, la Argentina sostuvo un cruento combate frente a una flota de intervención anglo-francesa. Tras los barcos de guerra que subían hacia Corrientes, seguían 90 naves mercantes dispuestas a darle el verdadero sentido a la expedición: abrir los mercados y transformar al Paraná en un río internacional. San Martín consideró la Guerra del Paraná como una “segunda” gesta de la independencia. Sin embargo, buena parte de la historiografía argentina aún prefiere esquivar la incomodidad de rememorar aquella jornada.

En 1845, el Sitio de Montevideo entraba en su tercer año. Por entonces, los defensores apenas lograban sostenerse merced a los exiliados argentinos, al generoso financiamiento francés y a una vasta red de legiones extranjeras, conducidas por el mercenario italiano Giuseppe Garibaldi.

De un lado, federales argentinos junto a blancos uruguayos. Del otro, unitarios abrazados a los colorados orientales resistían en su último reducto. En Montevideo, se resolvía -una vez más- un nuevo capítulo de las eternas guerras civiles platenses. El presagio rondaba un triunfo del cerco militar de Rosas, Oribe y Brown, salvo que -como ya había ocurrido en tiempos de Lavalle- mediara una intervención europea y la guerra civil se enroscase aún más con barcos, soldados y dinero llegados de Londres y París.

La llamada Guerra del Paraná formó parte de un conflicto interno, pero incrementado por la intervención directa de quienes portaban intereses políticos y económicos de alcance global.

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  • Victoria dulce y efímera

El triunfo diplomático argentino en la Guerra del Paraná se tradujo en los tratados que Gran Bretaña (Arana-Southern) y Francia (Arana-Lépredour) debieron firmar por separado. Allí se reconoció que la navegación del Paraná quedaba sujeta únicamente a las leyes y reglamentos de la Confederación. La flota argentina fue devuelta. La isla Martín García fue evacuada por los invasores y hasta se dispuso desagravios a la bandera argentina por parte de ambas armadas. Fue una capitulación en toda la línea para las potencias imperiales.

Sin embargo, fue una gloria efímera. Los barcos de guerra ingleses y franceses ya no regresaron, pero el sistema federal crujió en los siguientes años con la deserción de Urquiza y el regreso del Brasil como actor protagónico en el conflicto regional.

Después de Caseros, los vencedores escribieron el relato dominante de la historia argentina, y allí ya no quedaría demasiado lugar para explicar las razones de una batalla que hizo brillar el prestigio de la Confederación rosista en toda América. El relato de la Guerra del Paraná y los detalles escalofriantes de Obligado quedaron arrinconados tras la apertura de un tiempo de acuerdos comerciales, de disputas por la Aduana, de tratados de libre navegación fluvial y hasta de empréstitos otorgados por los invasores de antaño.

Casi se podría decir que la Vuelta de Obligado se convirtió en un hecho incómodo de presentar. Porque -al cabo- cualquier reflexión sobre el relato histórico conlleva una mirada sobre el presente. Y la Guerra del Paraná aún hoy pelea por un lugar en el memorial de los argentinos.

¿Qué fue Obligado? ¿Una orgía de sangre ofrecida por una tiranía obstinada? ¿Una exhibición de resistencia inútil frente al avance de la nueva civilización industrial? ¿Un emblema del valor que supone la decisión de resistir a toda costa? ¿Un sanmartiniano “no permitir jamás ser comidos como empanadas”?

El 20 de noviembre de 1845, ninguno de aquellos argentinos tuvo el privilegio de la reflexión.

Estuvieron, pelearon, fueron derrotados, enterraron a sus muertos y sin darse cuenta, entraron en la historia grande, aunque la batalla haya sido silenciada y nuestra memoria todavía no alcance a resignificarla.

  • PARADOJA

El billete de $20 ilustra la batalla de Vuelta de Obligado, pero desde la perspectiva del invasor. Al fondo -y sin mayor protagonismo- se alcanza a ver la línea del cierre del río.

billete 20 pé

  • FERIADO

Por medio de la Ley Nº20.770 del año 1974 se instauró el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. Y por Decreto 1584/2010 se incorpora esta fecha como feriado nacional.