CULTURA
viernes, 01 julio de 2022 | 17:46

Este viernes se recuerda el Día del Historiador

En esta fecha especial establecida por el Congreso de la Nación en 2002, los estudiosos del pasado Roberto Colimodio y Nora Costamagna compartieron objetivos y reflexiones sobre su pasión por los descubrimientos históricos. 

El nacimiento del estudio de la Historia Argentina se remonta al 1º de julio de 1812, a través del Decreto del Primer Triunvirato, donde se determinó registrar por escrito los acontecimientos de la Revolución de Mayo. Esta tarea fue encomendada a Deán Funes, quien se desempeñó además como legislador y cronista.

Ser historiador, desde mi punto, conlleva la responsabilidad de ser honesto y honrar la verdad histórica investigando con rigor científico los documentos que se encuentran en los archivos. Revisando e interpretando de forma objetiva los hechos y acontecimientos. La investigación y el desafío de escribir “algo nuevo” sobre nuestra historia es posible gracias a la apertura y digitalización de archivos extranjeros y nacionales. Hoy, con el avance tecnológico podemos acceder y disponer de miles de documentos que anteriormente no estaban al alcance para su estudio. Por ello, y ante la magnitud y cantidad de nuevos documentos, la historia se vuelve dinámica día a día, para sumar piezas al rompecabezas que permitan tener un panorama más claro de muchos episodios aún en sombras o mal iluminados”, compartió con la prensa el historiador, Roberto Colimodio.

La Historia, para mí, es una pasión. Ávido lector desde chico, tuve la suerte de tener profesores en la escuela que alentaron mi curiosidad para ello. No obstante, los caminos de la vida me llevaron por otros rumbos, hasta que, desde hace 20 años “despunto el vicio” de escribir e investigar y publicar mis notas y libros. Siempre enfocado en el rescate de los héroes anónimos y cosas inéditas o curiosas, por supuesto, estrictamente documentadas. En especial en San Luis, donde siempre fui bien recibido, he pasado gratos momentos que espero repetir en breve”, compartió Roberto, miembro de la Academia Argentina de la Historia, de la Academia Nacional Sanmartiniana, del Instituto Nacional Belgraniano y de centros de estudios históricos en Entre Ríos, Corrientes, San Juan y Merlo.

En otro momento, la historiadora Nora Costamagna contó que inició sus estudios sobre el pasado en Villa María, Córdoba, y luego incursionó en el periodismo.

“Ya pasaron 32 años y puedo decir que aprendí la historia de San Luis a través de entrevistas, de la lectura de los viejos periódicos que están en el archivo, de los documentos de expedientes civiles y judiciales, de la correspondencia.

Eso implica una investigación, analizar las fuentes primarias y secundarias para luego ir armando como un rompecabezas utilizando la metodología adecuada de trabajo de rigor que se quiere lograr. Eso es lo más lindo del trabajo del historiador”, dijo Costamagna.

La historiadora Nora Costamagna integra la Comisión Directiva de la Junta de Historia de San Luis, del Centro de Historia de la Villa de Merlo. Junto con Colimodio son miembros del Centro de Genealogía de Córdoba, de Rosario y de San Juan.

Sobre para qué sirve la historia, los historiadores coincidieron en la siguiente explicación.

“Conocer la historia nos permite indagar en las causas de muchas cosas que suceden en el presente, nos da la oportunidad de no cometer los errores del pasado. Sin la historia un guía de turismo no tendría argumentos para explicar sus visitas guiadas, sin la historia un político se queda sin argumentación para sus discursos. Cada uno de nosotros tenemos historias para contar; como decía un viejo historiador, Félix Luna, ¡Todo es historia!”.

Nota y foto: Prensa Secretaría de Cultura.

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