INAUGURACIÓN DEL MUSEO A CIELO ABIERTO
jueves, 16 diciembre de 2021 | 16:45

Alegría y cientos de bocetos hasta lograr esculturas inolvidables

Durante el atardecer de este miércoles, el paisaje de Terrazas del Portezuelo creció en creatividad y sueños cumplidos. Tres artistas compartieron emociones, sacrificios y estudios previos.




Flor onírica

Flor onírica

Para Andrés Lucero Corbetta no sólo la presentación de su obra “Flor onírica” ante el gobernador, Alberto Rodríguez Saá, fue emocionante, sino que logró que su sueño metálico esté cerquita del paseo en honor a su abuela: la Gringa Poblet.

“Estoy muy emocionado por este recuerdo, he visto pintar de chico a mi abuela y ese estilo que la acompañaba en su forma de vivir”, compartió tras la gala, donde se inauguraron las esculturas de nueve artistas, tras el certamen coordinado por el Programa Pinta San Luis.

“Hace dos años que estaba elaborando esta flor, a través del concurso, hasta que tuve el material en el taller, experimentando con las inclemencias del tiempo, y tardé un mes en realizar el montaje. Llevó bastante preparación”, aseguró.

“Cuando vi la obra instalada en Terrazas al principio fue raro porque estaba acostumbrado a verla en el taller día y noche, pero acá cambió las dimensiones y quedé impactado, me encanta”, agregó.

Qenti, guardián del tiempo

Qenti, guardián del tiempo

Apenas se ingresa a Terrazas del Portezuelo, desde avenida Eva Perón, dos aves inoxidables saludan y se elevan habilitando un tiempo cósmico, flotante, menos maquinal. Por un lado, cerca de la rotonda, nos recibe un colibrí, Qenti, en quechua, de los artistas Julián Picos y Ariel Zuccheris, quienes además fusionan ese aleteo ancestral con un estilo origami, y, por otro lado, a pocos metros, frente al edificio Conservador, nos da la bienvenida un centinela sigiloso.

“El búho también simboliza la sabiduría, tiene muchas mitologías y leyendas. Lo elegí para la temática porque lo amo por todo lo que representa. Es un ave fuerte, vigorosa, cazadora, que toda la noche está despierta y ve muchas cosas que nosotros no vemos”, explicó su autora, Bettina Tarquini.

El centinela

El centinela

“Cada obra tiene su impronta porque la diversidad hace a la belleza. Me emociona ver el esfuerzo que hemos hecho entre todos los artistas porque armamos un gran equipo para este nuevo circuito”, consideró.

“Yo trabajo primero mucho con el dibujo, voy madurando un poco la idea y estudio un  poco lo que quiero expresar . Una vez que boceto, cuando veo ya las tres dimensiones aunque sea en un plano, empiezo a trabajar con maquetas, y ahí ya voy descubriendo cómo voy a materializar esa obra. Estuvimos casi dos meses para instalar las obras”, señaló.

Aroma

Aroma

Para esculpir un aroma, Mariela Fernanda Paniagua tuvo que cuidar cada detalle y experimentar incluso con el modo en que las luces naturales y artificiales incidirían sobre una obra a gran escala en aluminio. “Estuve un mes trabajado con las presentaciones, porque antes las presentaba desprolijas, después dibujando y dibujando, asesorándome porque nunca hice algo monumental, entonces para mí era un desafío enorme. También me aconsejó un arquitecto porque tenía mucho miedo de que la estructura se cayera o que los soportes no me arruinaran la belleza que quería transmitir.  Y hasta contraté a un artista que hace hiperrealismo virtual. Eso me ayudó a potenciar la obra”, compartió con orgullo la autora cuya escultura se ubica en el edificio Estrategia.

“Me inspiré en el perfume que tiene el monte cuyano, con la acacia o el espinillo. Estoy hace catorce años en San Luis. Nací en Buenos Aires y después viví en Bariloche pero era difícil mantener el arte en el sur, por eso me vine para acá. La primera vez que vi mí obra a cielo abierto sentí mucha emoción, llanto, alegría, satisfacción”, indicó emocionada.

“El arte es mi vida, es lo que adoro desde que tengo 16 años, primero no quería estudiar, me quería poner un kiosquito, pero después entré a la escuela de arte y en cuarto año un escultor me dijo que era por ahí y realmente sentí que era así”, dijo.

Abierto a todo el público, el nuevo Circuito de Esculturas “Terrazas del Portezuelo”, es un espacio para apreciar la naturaleza autóctona y los sueños compartidos.

Nota, fotos y video: ANSL.