miércoles, 15 mayo de 2019 | 16:50

La concreción de un gesto profundamente democrático

La inauguración de Centro Oncológico Integral en la que fue la casa donde residían los gobernadores nos pone en un plano de igualdad. La finalidad elegida para la ex residencia no tiene discusión.

La igualdad, aquel principio de la Revolución Francesa, fue incluida en las principales normas jurídicas de los países. Nuestra constitución la contiene en varios artículos. En el número 16 se lee “todos sus habitantes son iguales ante la ley”, el 14, previo a enumerar derechos no dice que “todos los habitantes de la Nación la gozan”, en el 8 nos prescribe que “todas las prerrogativas que se tienen por ser ciudadano se pueden hacer valer por igual en cualquier provincia”, y así, igualdad ante los impuestos, en el acceso al empleo público y más. Igualdad, igualdad, igualdad.

Lamentablemente la realidad, en el mundo de ser y no en el del deber ser, nos muestra que existen privilegios e inequidades. A veces por el solo hecho fortuito de nacer donde nacimos. Por ello es una lucha constante, intentar suprimirlos o al menos morigerarlos, construyendo una sociedad más justa.

Elías Adre, el gobernador, que venía del Valle del Conlara, hizo construir -allá por los setenta- la residencia. Sería para que los primeros mandatarios la habiten. Un privilegio. Quizá justificado. Pero privilegio al fin. Solo uno de todos nosotros tenía derecho a su uso. Uno, al que durante mucho tiempo, ni tan siquiera elegimos. Entre el 76 y el 83 moraron allí, mandatarios que ni tan siquiera habíamos mandado, a quienes no habíamos votado.

En las elecciones, (la máxima expresión de la democracia) un voto vale uno y cada uno de nosotros, puede votar una vez. Un voto, un ciudadano. Un voto, vale igual que cualquier otro. Igualdad matemática absoluta. La democracia y la igualdad, van de la mano, son inescindibles.

Se acaba de cambiar la finalidad de ese inmueble. Ya no será la residencia de quien sea gobernador. De ahora en más, será la casa de cualquiera de nosotros, que caiga en la desgracia del cáncer.

Se inauguró el Centro Oncológico Integral. Se hizo realidad el sueño. Se concretó, se realizó un gesto profundamente democrático. Ya no es la residencia de uno, ahora es la casa todos.