42ª OLIMPÍADA DE AJEDREZ EN BAKÚ
sábado, 10 septiembre de 2016 | 20:01

Dos duras derrotas golpearon a los argentinos

Dos derrotas que duelen, sin dudas, golpearon el ánimo de los equipos argentinos que participan de la mayor fiesta internacional del milenario juego: la 42ª Olimpíada de Ajedrez que se lleva a cabo en el estadio Crystal Hall, en Bakú. En la 8ª rueda, el conjunto masculino cayó 2,5 a 1,5 ante su similar de Belarús, mientras que en femenino la derrota fue por 3 a 1 ante Georgia. A sólo 3 jornadas del final, ambos equipos quedaron relegados en la tabla: los maestros ocupan el 52°, con 9 unidades y a 5 de los punteros, y las maestras están 34ª, con 10 y a 4 de las líderes.

A sólo tres jornadas del final, los equipos quedaron argentinos relegados en la tabla.

A sólo tres jornadas del final, los equipos quedaron argentinos relegados en la tabla.

Hoy será el turno de la 9ª y antepenúltima rueda, entre los varones el rival será Filipinas, y en las mujeres, Turquía.

La 8ª jornada arrancó con aires esperanzadores para los dos equipos argentinos, en ambos matches, los maestros y maestras habían pasado exitosamente la apertura y con buen auspicio, se aguardaba la batalla en el medio juego. Sin embargo, cerca de la 3ª hora de la sesión comenzaron a sucederse los errores, en muchos casos de mala evaluación de posiciones, y los matches se fueron complicando. Aunque Mareco derrotó a Andrey Zhigalko y llegó a su 21ª partida consecutiva sin derrota en Olimpíadas, la alegría duró un suspiro porque inmediatamente se rindieron Peralta frente a Sergei Zhigalko y Flores con Kirill Stupak. Las últimas chances quedaron en manos del juvenil Alan Pichot que no pudo doblegar a su rival y debió conformarse con la propuesta de tablas cuando estaba inferior.

El campeón argentino, Diego Flores, se atrevió a soltar alguna expresión sobre lo sucedido: “Estamos muy tristes porque jugamos mal en general y nos ganaron por la mínima, pero pudo ser por más. En lo personal me sentí cómodo y con ventaja; el lenguaje gestual de mi rival me decía lo mismo, pero ahora finalizada la partida la analizo con la máquina y me dice que nunca estuve mejor. No sé, no le encuentro explicación. La bronca es mayor porque en la jugada 40 tengo dos caminos, uno que me lleva a tablas y elijo el otro con el que pierdo de inmediato”.

Las mujeres, que fueron dominadoras del match tras el empate de Marisa Zuriel en la 2ª mesa ante Lela Javakhishvili, las tres partidas restantes les daban cierta ventaja a las argentinas ante las georgianas. Pero como es habitual en estos casos, un error se paga muy caro: dos severas imprecisiones de Florencia Fernández y Ayelén Martínez ante Bela Khotenashvili y Nino Batsiashvili inclinó definitivamente la balanza. Sólo hubo que esperar el empate entre Carolina Lujpan frente a la fuerte maestra Nana Dzagnidze.

“No hay buen humor; aunque me sorprendió en la apertura, me las rebusqué para luchar contra un sistema que desconocía. La luché, mejoré y pasé a estar mejor. Mi posición era muy superior, lo que las máquinas señalan con un código de +3, pero me agarró el apuro de tiempo y me colgué. La bronca en lo personal es por la caída pero me siento peor porque con mi triunfo, que estaba ahí al alcance, hubiéramos igualado el match. Ya sabíamos que eran duras y como dicen los que saben, a esta clase de jugadoras hay que matarlas 10 veces para ganarles”, dijo Ayelén.

Nota y foto: Carlos Ilardo.

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