LITERATURA PUNTANA
domingo, 24 enero de 2016 | 19:13

Madre e hija, poetas

“Para decir amor” es el segundo poemario que Iris Cadelago y Élida Vallejos publicaron juntas. Los viajes y el arte las unen hace años.

Iris Cadelago publicó junto a su madre un segundo poemario titulado Para decir amor.

Iris Cadelago publicó junto a su madre un segundo poemario titulado Para decir amor.

Para Iris Cadelago, de 56 años, la poesía es su elixir. Salió de una difícil enfermedad leyendo a Antonio Esteban Agüero. Aunque la lírica no fue lo suyo cuando comenzó porque quería dedicarse a la narrativa, de pronto recibió musicales estrofas que exigían un papel donde canalizarse.

“Estuve dos meses en una habitación porque no podía movilizarme. Tenía unas azaleas y otras flores. Ese era mi jardín en la ventana y ya mirando esas flores en la mañana, con los pájaros, y el verde de las sierras, me inspiraba”, dice emocionada en su casa de Juana Koslay.

No sólo los libros atraen en el living blanco; los cuadros luminosos también. Ella sentencia: “La pintura ha invadido mi vida”. Sin embargo, directa o sutilmente, en cada pincelada o texto, resuena el “Capitán de Pájaros” de Merlo. “La sensibilidad de Antonio Esteban Agüero me llega al alma”, expresa Iris, quien junto a su madre Élida Vallejos ha participado en encuentros literarios en Panamá, Ecuador, Colombia, Mar de Ajó, Córdoba, entre otros horizontes. “Leí públicamente a Agüero en Ecuador y quedaron fascinados. Me dijeron ‘¿dónde está ese poeta para invitarlo el año que viene?’”, cuenta con risa Iris. Ahora busca darle color a la “Rapsodia del maíz”, obra inédita del poeta.

Cadelago nació en Villa Mercedes. Se casó joven y tiene cuatro hijos. Es profesora de Enseñanza pre Primaria y fundó el Jardín “Bambi” al cual dedicó más de dos décadas de labor. Junto a niños de todas las edades participó en el cuidado y protección del medioambiente. Es autora de ponencias en congresos nacionales e internacionales. Sus poemas escapan de la métrica. “Mi alma invadirá paisajes”, expresa en uno. “Nuestra piel se desprende de antiguos calendarios”, poetiza en otro.

Tal vocación germinó durante su infancia rodeada de alegría campestre. Élida le leía cuentos y ayudaba con las composiciones literarias para la escuela. Su padre era profesor y asiduo lector. “Supe que él había escrito mucha poesía pero nunca logré conocerla”, agrega. En cambio, con Vallejos publicaron “Poesía viajera” y, recientemente, “Para decir amor”.

“Con mi madre compartimos libro pero escribimos diferente”, dice Iris. Ella confía más en el inconsciente, Élida tiene resplandores borgeanos.

“Me dejo fluir”, expresa mientras baja las manos desde su cara hasta la mesa. Para captar la inspiración, Cadelago se despertaba una hora antes de su rutina. “Ese horario, cuando todavía no me despierto del todo, es el mejor para escribir”, revela la poeta cuyo escritor preferido es Roberto Juarroz.

El primer libro editado en coautoría familiar es de contenido social. La nueva obra describe tenuemente contactos con lo trascendente.

“‘El Médico del Tibet’ fue el primer acercamiento hacia temas con los que no quería saber nada antes, porque mi cabeza estaba muy práctica”, detalla.

Iris vivió una experiencia cercana a la muerte. Antes de contarla, hace una pausa y sirve jugo.Me vi que salía por un tobogán y ¡plum!, iba descalza con un vestido blanco indescriptible y sentí el agua en los pies porque había llovido. Me quería de ir de ese lugar, pero algo me sostenía. Regresé de nuevo. A veces me veía cuando yo misma salía (del cuerpo)”, relata. Hoy, asegura que la percepción extrasensorial alimenta su escritura.

Cadelago actualmente trabaja en la biblioteca de la Escuela Nº 264 “Juan Martín de Pueyrredón”. Sueña con editar otra obra en Colombia. Es también poeta miembro fundador de Naciones Unidas de las Letras, embajadora de la Paz -título otorgado por el Círculo Universal de la Paz de Ginebra, Suiza-, cónsul de poetas del mundo por San Luis, y delegada de PAZ-IFLAC por San Luis.

Iris integra la antología “World Poetry, yearbook 2014” que reúne a 263 poetas de 100 países y áreas.

Iris integra la antología “World Poetry, yearbook 2014” que reúne a 263 poetas de 100 países y áreas.

Su pluma está en una antología titulada “World Poetry, yearbook 2014” que reúne a 263 poetas de 100 países y áreas. Hace cinco años con su madre, fueron declaradas como “Huésped Ilustre de la Cultura Nacional” en Portoviejo Manabí, Ecuador.

Dentro y fuera de las páginas, Iris lucha por un mundo equilibrado pero el cambio empieza cerquita: “El desafío mayor que tenemos todos los seres humanos en el día a día es construir la paz en el hogar”.

La sonrisa se le ensancha cuando recuerda el empuje de su madre para que publicaran por segunda vez. Élida sabe ser fuerte. Nació en el paraje El Pedernal, tiene 83 años, 6 hijos, 18 nietos, 18 bisnietos, terminó el secundario a los 55 y proyecta más viajes.

“Creo que sin el arte no hubiera podido sobrevivir. Me ha regalado la vida, la espiritualidad”, reflexiona Iris. En un poema lo absorbió: “El sol abre su ventana de girasoles/ hacia las Sierras de Comechingones./ La mañana llueve en armonía de pájaros/ y se empapa de melancolía./ Nadie/ recurre/ a la voz de las aves/ sin el fin específico/ de morir y nacer/ en el parpadeo de los ángeles,/ ni disfruta de la monotonía del canto/ sin dejar de apreciar el nuevo día/ estirando sus alas/”.

Élida Vallejos, la poeta viajera.

 

Nota y fotos: Matías Gómez.

Corrección: Mariano Pennisi.