CULTURA
domingo, 23 agosto de 2015 | 09:45

“La Puntanidad es la revalorización de nuestras raíces”

Con su investigación “Balde y Salinas del Bebedero, apuntes sobre su historia”, el pintor Carlos Urteaga ganó este año la convocatoria “Todos los escritores, todos”, organizada por San Luis Libro. Entre otros datos, el artista descubrió que el poeta español Federico García Lorca estuvo en la localidad y que, según un mito, durante las noches estrelladas de luna llena la laguna late.  

“La Puntanidad es la revalorización de nuestras raíces”, señala Urteaga.

“La Puntanidad es la revalorización de nuestras raíces”, señala Urteaga.

“Veo que en los pueblos se vive más la Puntanidad porque hay más tiempo. Está sentado el abuelo tomando mate con el nieto, porque no hay esta vorágine que hay acá en la ciudad. Por ejemplo, lo he visto a Liberato Tobares sentado en la plaza de San Martín con tres o cuatro niños al lado de él hablando, y te aseguro que si viene a la Plaza Pringles nadie se le acerca”, señala el pintor de 45 años, Carlos Urteaga.

“Tenemos que darle a la persona mayor la importancia que hace 400 años tenía. Los griegos, los incas, los aztecas tenían su círculo de gente adulta a quienes consultaban”, expone el vicedirector de la Escuela N° 2 de Arte.

“La Puntanidad es la revalorización de nuestras raíces. Con lo que nos planteamos hoy tenemos que ver qué hay debajo de la tierra, porque ese árbol arriba está deformado y se ha ido para cualquier lado”, asegura Urteaga, nacido en Piedra Blanca, Merlo.

_ ¿Por qué cree que se ha negado el valor de la experiencia como tal para transmitir?

_ Porque es más fácil el copio y pego de la computadora. Googleo y listo, es más simplista.

_ ¿La cultura puede ser una forma de transitar esa experiencia para aprender en el camino?

Sí, hay que diferenciar cultura de educación. Una es instrucción, pero la parte cultural es la que hay que revalorizar: nuestras creencias, nuestra tierra, el saber ancestral, nuestros próceres, etc.

Urteaga es el mentor del certamen nacional de arte urbano que se realiza en el Concejo Deliberante de San Luis, ahora además trabaja en un proyecto sobre la iglesia de los Navarro.

Este año, ganó la convocatoria “Todos los escritores, todos”, organizada por San Luis Libro. Su investigación se titula “Balde y Salinas del Bebedero, apuntes sobre su historia”. Urteaga se basó en un libro publicado por su tío. “Hice una recopilación de datos”, explica.

“Me fui enterando, por ejemplo, del paso de Eva Perón por la estación de Balde; de García Lorca que durmió en la localidad cuando venía de Mendoza hasta Buenos Aires”, destaca para añadir: “De García Lorca tengo la fecha del viaje. Obviamente vino en ferrocarril. Estuve con una persona que su padre fue jefe del correo y él me dio el dato del escritor”.

El pintor señala que durante aquella época Balde era el pueblo más grande que había desde San Luis hasta San Martín, Mendoza. Incluso más poblado que La Paz.

“Lo invitaron a un asado, durmió en el correo y al otro día partió”, agrega sobre el poeta español. Y revela: “Bairoletto, el mítico Robin Hood de Las Pampas, cuando estuvo prófugo de la justicia, vivió casi seis meses en una estancia que está entre Chosmes y Alto Pencoso”.

_ ¿Balde decreció cuando se fue el ferrocarril?

_ Tuvo dos mazazos importantes. Primero pasaba la Ruta 7 por el centro del pueblo. Era una localidad que tenía dos estaciones de servicio, un club social, un club de fútbol que estuvo en la Liga Sanluiseña. La escuela de Balde en el año 70 tenía 600 alumnos, hoy tiene 170 alumnos. Llegó a tener casi 2 mil habitantes y hoy llega a 800.

Después de que le llevaron la ruta cinco kilómetros de la entrada más la partida del ferrocarril, Balde, como tanto otros pueblos, quedó aislado del mundo.

Urteaga fue premiado por el Senado de la provincia en 2005. “Al hotel Los Tamarindos han ido personajes importantes de la cultura y la política. En los años 40, Los Tamarindos era la hostería provincial de Perón. Ahí se han alojado expresidentes. No hay datos, pero hay mucho boca a boca”, dice.

El artista cuenta que entre todas las localidades del país, Balde fue elegida en 2005 por la Universidad de Arquitectura Rosario para hacer una nueva carta demográfica.

“Hubo gente importante hace 70 años atrás. Era un pueblo que tenía una vida comercial muy importante. Llegó a tener casi 2 mil habitantes en el año 70, cuando el Potrero de los Funes tenía 50”, enfatiza.

De las personalidades que germinaron allí, Urteaga recuerda: “Fray Marcelino nació en Balde, fue capellán del Ejército y llegó a director de la Universidad de Salamanca. Su familia donó en el año 38 el oratorio que está hoy en la localidad. Los Castañeda también eran una familia muy importante”.

Acerca del presente, describe: “Hasta hace pocos años era más grande el cementerio que el pueblo. Hoy tenemos el nuevo pozo termal, más tres hoteles, tenemos gente que está mirando para este lado porque sabe que tiene oro en los pies, que es el agua termal, que nunca se acaba porque es el agua que produce la misma tierra continuamente para oxigenar el magma”.

Urteaga indica que los pozos de Balde están a 650 metros de profundidad como mínimo. La última perforación realizada fue de 690 metros, en la misma cuenca que tiene San Jerónimo.

Asimismo, en un viaje de 150 años, durante su trabajo de investigación que le llevó casi medio año, el artista recopiló mitos de la costa oeste provincial. “En las Salinas del Bebedero se decía que la laguna es muy celosa de sus obreros, que no podía entrar una mujer a la laguna porque si no empezaban las tempestades, se hablaba de un toro con los cuernos de oro y de un sirena que cantaba en la laguna que hacía perder a la gente, también de luces que se escondían en la laguna”, enumera.

Algunos mitos provienen de las culturas originarias. “Se dice que la laguna es como un corazón latiendo porque en las noches estrelladas de luna nueva, uno ve que el cloruro de sodio es como que late. Eso antiguamente se veía como un cuerpo vivo. Decían que cuando sacás la sal y la llevás a la parva, es que el cuerpo está muerto. Y es verdad, porque cuando se saca de la laguna pierde la humedad que la hace latir”, historia. “ ‘La Trochita’, que iba de Balde hasta Las Salinas para buscar la sal es la locomotora que está en el Puente Blanco, frente a la residencia gubernamental”, agrega después.

“Amo ser puntano y amo mi tierra y mis raíces. Creo que los puntanos tenemos que trabajar por la revalorización que, con todo este aluvión que hemos recibido hace 30 años, es como que el puntano se ha absorbido y no nos encontramos u olvidamos nuestras raíces”, expresa Urteaga quien observa que “estamos avasallados por el capitalismo, las culturas del norte y de Oriente”.

Ante la prisa por vivir y tener, el pintor reflexiona: “Nuestra sangre es nuestra tierra. Hay que mirar más a los pueblos del interior. Ellos con su cultura innata nos van a demostrar. Hoy la mayoría de la gente de la capital se está yendo al pueblo”.

Con su investigación “Balde y Salinas del Bebedero, apuntes sobre su historia”, el pintor Carlos Urteaga ganó este año la convocatoria “Todos los escritores, todos”, organizada por San Luis Libro.

Con su investigación “Balde y Salinas del Bebedero, apuntes sobre su historia”, el pintor Carlos Urteaga ganó este año la convocatoria “Todos los escritores, todos”, organizada por San Luis Libro.

Nota y fotos: Matías Gómez.

Corrección: Berenice Tello.

Contenidista: Jorge Scivetti.