EN BUSCA DE UN SUEÑO
sábado, 30 mayo de 2015 | 09:18

Carola, Agostina y Marcelino, tres personas que eligieron el PIE para cambiar sus vidas

El Plan de Inclusión Educativa permitirá a casi 45 mil sanluiseños concluir sus estudios primarios, secundarios e incluso algunos dibujarán con el trazo de un lápiz las primeras palabras de su vida, también aprenderán a leer. “Quiero dejarle algo a mis hijas”, dice Carola. “Voy a ser veterinaria”, sueña Agostina con sus cortos 16 años. “Voy a salir adelante”, concluye Marcelino. Los tres asisten a clases en El Volcán, bajo la tutela de la docente Cecilia Luna, quien asegura: “Es un gran desafío, pero se puede”.

Alumnos del PIE que asisten a clases a un centro de El Volcán.

Alumnos del PIE que asisten a clases a un centro de El Volcán.

Hay un camino que se bifurca, en uno hay conocimiento, hay aprendizaje, hay desafíos, hay esperanza. Ese atajo fue el que eligieron tomar Carola, Agostina y Marcelino, el camino donde los sueños pueden palparse en la mente.

Sobre el kilómetro 18 de la Ruta Nº 20 se encuentra este centro del PIE donde diariamente asisten alumnos en tres turnos: de 8:00 a 12:00, de 14:00 a 18:00 y de 18:00 a 22:00. Todos aprenden bajo la modalidad de las escuelas públicas digitales, pero hay una novedad, también enseñan. Enseñan que nada es imposible, que todo puede alcanzarse, que el sacrificio y la perseverancia son el camino para alcanzar la realización y apropiarse del conocimiento, eso nadie se los quita, es un legado para sus hijos, una meta para ellos.

Carola concurre todos los días para terminar el secundario, “quiero dejarle algo a mis hijas”, dice.

Carola concurre todos los días para terminar el secundario, “quiero dejarle algo a mis hijas”, dice.

“Yo me levanto tempranito, a las siete menos cuarto, porque mis nenas entran a las ocho. Las dejo en la escuela, después vengo a clases”, relata sentada en su pupitre Carola, a la izquierda una netbook encendida, a su derecha un cuaderno, en su mano, una lapicera, en sus ojos, luces de esperanza.

Calidad educativa y acceso al conocimiento son la garantía que ofrece este plan de terminalidad para aquellos que por diferentes circunstancias que les tocó atravesar en la vida no pudieron concluir sus estudios primarios o secundarios.

“Al tener varios problemas, decidí dejar la escuela y apareció esta gran oportunidad que tuve y ahora la estoy aprovechando”, asegura Agostina, de 16 años. Una oportunidad, que no sólo eligió esta joven estudiante, ya que son cerca de 45 mil los sanluiseños que vieron en el PIE un camino para producir un cambio en sus vidas que les traerá realizaciones personales, les permitirá llenar un renglón que hasta ayer estaba en blanco. Hoy, para ellos, el presente pinta bien, el futuro mejor, está lleno de trazos de colores.

Agostina tiene 16 años y cuando termine el secundario planea estudiar veterinaria.

Agostina tiene 16 años y cuando termine el secundario planea estudiar veterinaria.

Carola relata que vive a 13 kilómetros de donde asiste a clases a aprender. “Estoy muy contenta porque me faltó muy poquito para terminar el secundario, por problemas familiares en otros tiempos no pude terminar y bueno, ahora es una nueva oportunidad”, dice con la voz saturada de emociones y sintetiza: “Quiero dejarle algo a mis hijas, que ellas estén orgullosas, yo aprendo y de paso las ayudo con la tarea”. Sí, Carola aceptó el desafío, se animó a ir por más, no la intimidaron los miedos a lo desconocido, a lo no intentado y hoy dice orgullosa: “A veces con mis hijas estudiamos juntas”.

Marcelino tiene 21 años y afirmó valorar no sólo el aprendizaje sino el compañerismo. “Es espectacular porque hacemos amigos nuevos, es todo nuevo para mí. Es todo tecnológico, se maneja todo con computadoras. Es una experiencia muy buena”.

Marcelino tiene 21 años y afirmó valorar no sólo el aprendizaje sino el compañerismo que se da en el aula.

Marcelino tiene 21 años y afirmó valorar no sólo el aprendizaje sino el compañerismo que se da en el aula.

“Mi familia está contenta, yo más. El PIE es una nueva oportunidad para salir adelante”, concluye Marcelino. “Mi abuela me apoya, mi mamá quiere lo mejor para mí. Tengo pensado terminar y estudiar Veterinaria, es lo que más me gusta”, se avizora Agostina.

Cecilia Luna es docente y está a cargo de tres grupos. Lunes, martes y miércoles de un grupo a la mañana y otro a la tarde. Jueves, viernes y sábado, un grupo más. “Me parece fundamental y como dice el gobernador, un país que estudia, progresa”, afirma.

“Trabajan con las compus o con algunas copias, hacemos repasos grupales. Es todo un desafío porque hay mucha gente que hace muchos años que no estudia, que se están incorporando de nuevo, que por ahí tienen a compañeros más jóvenes. Entonces es volver a vivir experiencias que habían dejado hace rato”, cuenta sobre la experiencia que viven a diario en el aula, donde cientos de historias se cruzan y conjugan, todas conectadas por el camino que conduce al lugar donde los sueños se hacen realidad.

Notas en el siguiente link: Alumnos del PIE que asisten a clases en El Volcán

Textos: Cecilia Sosa.

Corrección: Berenice Tello.