CICLISMO INTERNACIONAL
martes, 20 enero de 2015 | 19:58
Del fin del mundo al Tour de San Luis
Luis Camacho y Ana María Marín, de Río Grande (Tierra del Fuego), viajaron más de 3.000 kilómetros para vacacionar en la provincia y ser testigos de una de las competencias ciclísticas más importantes de Latinoamérica. Entrevista al matrimonio que visitó San Luis y se enamoró de sus encantadores paisajes.
Ana María y Luis, de Río Grande, Tierra del Fuego, viajaron más de 3.000 km para ser testigos de la competencia ciclística más importante de Latinoamérica
“San Luis no tiene nada que envidiarle a otros sitios turísticos del país. Tiene un encanto natural único”, asegura Ana María, que junto a su esposo Luis (ambos provenientes de Río Grande, Tierra del Fuego) decidieron vacacionar en la provincia y ser testigos del 9º Tour de San Luis, una de las competencias ciclísticas más destacadas del continente.
Con una gran sonrisa dibujada en su rostro, Ana María asegura ser una apasionada del ciclismo: “Somos grandes seguidores de este tipo de eventos deportivos. Siempre miramos por televisión las diferentes competencias en todo el mundo”.
Al vestir una musculosa blanca, firmada por algunos ciclistas nacionales e internacionales, se evidencia el fanatismo de Luis por el Tour Internacional. “Tengo que seguir recopilando autógrafos. Me faltan algunos”, cuenta, contento. Bien “argento”, espera una consagración nacional, aunque reconoce la fortaleza de los demás países. “Me gustaría que gane un argentino, pero hay grandes figuras que quieren consagrarse en el certamen, como el colombiano Nairo Quintana, entre otros”.
Entornos naturales que enamoran
Pero el Tour de San Luis no fue lo único que cautivó al matrimonio sureño. Luego de visitar Potrero de los Funes, El Trapiche, El Volcán, Nogolí y La Punta, Luis y Ana María analizan la posibilidad de vivir en la provincia, una vez jubilados. “Quedamos muy sorprendidos con los maravillosos paisajes puntanos: el río, las montañas y el clima. Sin dudas, San Luis es otro país”, concluyeron.
Nota y foto: Gabriel Sindoni – Prensa Universidad de La Punta.
