FIESTA PATRONAL
viernes, 02 mayo de 2014 | 10:23

El Cristo del Espino, señor de los Milagros

Año tras año, se incrementa la cantidad de fieles que de distintos puntos del país llegan a rendir sus más fervorosas muestras de fe, al Señor de los Milagros, el Cristo de Renca.

Fieles de distintos puntos del pais cada año, dan muestras de su fe al Cristo de Renca.

Fieles de distintos puntos del pais cada año, dan muestras de su fe al Cristo de Renca.

Renca es una antigua población del nordeste de San Luis, a orillas del río Conlara o Santa Rosa, que se levanta en un valle serrano y de ensueño, Concarán, que declina suavemente hacia el oeste. Desde 1753 existe allí la devoción de Nuestro Señor de Renca, que anualmente concentra la atención de los fieles de la región cuyana y aún de Chile, al celebrar el 3 de mayo la fiesta que le ha dado un lugar prominente en el calendario folclórico nacional.

Renca es voz mapuche y su significado está vinculado al nombre de hierbas andinas, cuyas flores son de color amarillo, o quizás, como interpreta Urbano Núñez, severo investigador de su historia, a hierbas que mantienen su color verde a lo largo del año.

De una u otra manera, la localidad puntana merece además su sitial de honor en los anales de nuestra historia patria, por cuanto de allí eran tres de los quince caídos en combate durante la batalla de San Lorenzo.

Según la tradición más aceptada, en el valle chileno de Limache un indio ciego empuñaba un hacha para derribar un espinillo, con tan buena suerte que el primer hachazo hizo saltar unas gotas de savia a sus ojos; al frotárselos porque el líquido le quemaba demasiado, recuperó la vista y vio esculpida en el tronco una imagen de Nuestro Señor.

Leopoldo Lugones ha escrito al Señor de Renca un extenso poema, el que dedica a Arturo Capdevila. Relata allí que el pobre ciego se ganaba la vida tocando un violín que él mismo se había construido con madera del lugar y cuerdas de tripa de los animales que cazaba con la ayuda de un chico que le servía de lazarillo. En lo que el indio curado vé, es donde el relato popular introduce sus variantes –que en definitiva no hacen mella a la devoción- puesto que mientras unos dicen que palpó a ciegas con las manos una imagen de Jesús, otros afirman que lo que encontró al recuperar la vista fue un pequeño Cristo dentro del hueco carcomido del árbol.

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La capilla de la Villa de Renca es uno de los epicentros de la Fe de San Luis

  • Hacia Córdoba

La noticia de la milagrosa aparición cundió rápidamente afluyendo mucha gente para dar fe del prodigio. La imagen es llevada a una estancia cuya dueña le hace construir una capilla con un altar donde coloca la imagen y es venerada por largo tiempo.

Los jesuitas que habitaban también el valle, trasladan al Cristo del Espino o de Limache al pueblo de Renca, distante a unos pocos kilómetros de la capital de Chile, hasta que en 1729 un incendio destruye el lugar salvándose una parte del Cristo.

El pueblo chileno llora su desgracia y no se resigna a perderlo, por eso tallan nuevamente un crucifijo en el que incrustan el pecho carcomido del Cristo antiguo.

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Desde 1745 el Cristo del Espino es venerado por miles de fieles en Renca

Los más piadosos resolvieron hacerlo conocer en Cuyo y en Córdoba, poniéndose en marcha a través de la cordillera con el Cristo cargado sobre una mansa mula. En cada población donde llegaba, era colocado en la iglesia y motivaba grandes ceremonias religiosas, al final de las cuales el indio hacía una colecta de dinero para erigirle un santuario.

En 1745, al atravesar el río Conlara camino a Córdoba, la mula que cargaba la sagrada imagen se echó, y de allí no hubo poder humano que la hiciera levantar. Entonces quedó allí la imagen que dio origen y nombre al pueblo que, para venerarlo, nació a su alrededor.

En los documentos, que son enviados al Archivo Arzobispal de Córdoba, consta lo siguiente: «Establecido en esta parroquia de Renca, que todos los viernes del año se diga una misa descubierto el crucifijo, a la que asiste todo el vecindario llevado de la devoción a esta soberana imagen, mandamos que después de concluida la misa, vestido de capa pluvial o de alba, el cura que diga la misa, rece las Letanías de los Santos y las tres oraciones que estén en el ritual: además de las pro Papa, et pro Rege, por la libertad de España, y por la quietud y sosiego de las Américas». El historiador, presbítero Juan Francisco Suárez, escribe respecto del Santo: «El mismo se encuentra en un nicho y tiene sus carteras y coronación todo dorado».

  • Festividad

El 24 de abril comenzaron las celebraciones patronales en honor del Señor de Renca, en el santuario que se encuentra en la localidad de Renca, desde el 24 de abril al 2 de mayo se reza la novena preparatoria. Tanto el 1 como el 2 de mayo habrá misas .

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Los fieles visitan las estaciones del Vis Crucis antes de llegar al santo

La fiesta patronal será el sábado 3 de mayo, día de Nuestro Señor de Renca, con misa y procesión a las 10.00, las misas comenzarán desde temprano, los promesantes y fieles allí tienen la oportunidad de comulgar hasta que los repiques de campanas y salvas de bombas anuncian la concentración de peregrinos en el atrio del santuario y en las calles adyacentes, para seguir con mayor recogimiento la misa cantada, y después acompañar a la imagen del Milagroso Señor en la procesión alrededor de la plaza.

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Movidos por la fe familias completas visitan al Señor de Los Milagros

Nota: Fernando Romero

Fotos: Héctor Videla

Fuente: Blog Cristo de Renca