DOMINGO DE CUATRO PAPAS
domingo, 27 abril de 2014 | 08:38

El papa Francisco proclamó santos a Juan Pablo II y Juan XXIII

El papa Francisco proclamó hoy la santidad de sus predecesores Juan Pablo II y Juan XXIII, en una ceremonia histórica que es seguida por un millón de fieles que desbordaron la plaza San Pedro y sus alrededores.
En el inicio de la canonización, el argentino saludó al papa emérito Benedicto XVI, cuya presencia en la Santa Sede le brindó a
la liturgia el titulo de “el día de los 4 papas”: dos pontífices vivos convierten en santos a dos papas fallecidos.

El papa Francisco declaró la santidad de Juan XXIII y Juan Pablo II ante Benedicto XVI

El papa Francisco declaró la santidad de Juan XXIII y Juan Pablo II ante Benedicto XVI

La ceremonia se inició con las peticiones del prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo
Amato, para que se inscriba a quienes eran beatos, Juan Pablo II y Juan XXIII, en el libro de los Santos.
Francisco luego leyó la oración en la que declaró como santos a sus predecesores “con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y los santos apóstoles Pedro y Pablo”.
Juan XXIII (1958-1963), elegido para ser un pontífice de transición, se convirtió en un papa revolucionario para la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II y en el “papa bueno” venerado por los fieles.En tanto, el papa Juan Pablo II (1978-2005), quien fue santo por aclamación popular y conocido como “papa de los récords”, con sus 26 años de pontificado y 104 viajes fuera de Italia, también tuvo el proceso de canonización más rápido de la historia y será santo sólo nueve años después de su muerte, el 2 de abril de 2005.

Como en el caso de Juan Pablo II, la muerte de Juan XXIII en 1963 fue acompañado de un intenso fervor popular que pedía su proclamación como santo sin pasar por un proceso, pero su causa de canonización fue quedando atascada hasta la llegada del actual pontífice, el papa Francisco.

El 5 de julio de 2013, Francisco decidió aprobar la segunda curación milagrosa por la que subiría a los altares Juan Pablo II,
y también decidió canonizar a Juan XXIII, sin que se estudiase un segundo milagro por su intercesión, como contempla la normativa vaticana.
El sobrino del papa, Marco Roncalli, biógrafo y autor de varios libros sobre el pontífice, explicó cómo la decisión de Francisco no se puede considerar un “empujón” a la canonización ya que el mismo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, indicó que había muchos hechos de gran interés, pero que el papa argentino decidió solo “reducir los plazos”, consignó la agencia de noticias Efe.


Las imágenes de los santos son las mismas que se utilizaron para su beatificación y los días asignados para su veneración son el 11 de octubre para Juan XXIII y 22 de octubre para Juan Pablo II.
“Era un hombre capaz de transmitir paz, una paz natural, serena, cordial, una paz que con su elección se manifestó al mundo entero”, señaló Francisco al hablar de Angelo Roncalli, el papa Juan XXIII, de quien también destacó su espíritu dialoguista y diplomático.

Un millón de peregrinos de todo el mundo fueron testigo de la ceremonia de proclamación como santos de los papas uan XXIII y Juan Pablo II

Un millón de peregrinos de todo el mundo fueron testigos de la ceremonia de proclamación como santos de los papas uan XXIII y Juan Pablo II

Son muchas las características que ahora hacen que nazcan comparaciones con el papa Francisco, pues tras su elección en 1958, con 77 años, elegido para suceder a Pío XII (1939-1958), modernizó la vida en la corte vaticana, flexibilizando el protocolo y facilitando el contacto del papa con la realidad cotidiana.

Dos meses después del inicio de su pontificado, Juan XXIII convocó a todos los obispos del mundo a la celebración del Concilio Vaticano II, con el objetivo de promover la adaptación de la Iglesia a los nuevos tiempos y el acercamiento a las restantes religiones cristianas.
Pero para los fieles católicos, el “papa bueno” fue aquel que se asomó por sorpresa el 11 de octubre de 1962, mientras se
celebraba la apertura del Concilio, y pronunció el famoso y poético “discurso de la luna”.
El 3 de junio de 1963, poco después de iniciarse el Concilio, Juan XXIII moría tras una larga enfermedad, sin conocer los
resultados de la asamblea que marcó el camino de la nueva Iglesia Católica.
Por su parte, Juan Pablo II, el papa que visitó la Argentina en 1982 y 1987, será santo gracias a la medida de su sucesor,
Benedicto XVI, quien retiró una norma que obligaba a esperar cinco años antes de que pudiera iniciarse el proceso para la
canonización.
El rápido procedimiento empleado para elevar a Karol Wojtyla a los altares, sumado a las críticas a su gestión por los casos de abusos sexuales que estallaron durante su ministerio, así como su postura intransigente con la corriente de la Teología de la Liberación, volvieron a emerger en las tribunas de la Santa Sede, ante la canonización.

Fuente: TELAM

Fotos: La Nación – EFE