FEEDBACK
viernes, 07 febrero de 2014 | 13:45

¿Todo vuelve?

¿Todos somos iguales? ¿Todo se repite con cierta regularidad? ¿Todo retorna siempre de la misma forma?

¿Todo vuelve?

¿Todo vuelve?

Según modelos comunicacionales, el acto comunicativo entre dos o más personas puede ser lineal o circular. En el primer caso, la comunicación es unidireccional, sólo hay una persona que emite un mensaje y otra/s que lo recibe, sin poder emitir respuesta alguna. En el segundo caso, la comunicación es retroactiva, hay un ida y vuelta, y los roles de emisor y receptor se invierten constantemente.

Modelo comunicacional lineal, unidireccional

Modelo comunicacional lineal, unidireccional

A diferencia de los modelos lineales, en donde la comunicación es unidireccional, se da el caso del feedback, en el que comunicar significa construir un sentido de la interacción, un sentido de ida y vuelta.

Comunicar significa construir un sentido de la interacción

Comunicar significa construir un sentido de la interacción

El feedback representa aquello que llega al final del proceso de comunicación y que provoca una reacción en el receptor, es decir, en la persona que recibe el mensaje. Esta reacción influye también en el polo emisor, entendiéndose como la persona que emite el mensaje.

En la antigüedad, los griegos sostenían una concepción del tiempo circular porque tomaban como modelo el retorno permanente de las cosas, la repetición de los ciclos naturales, como el paso de las estaciones que se repiten año a año, o el día y la noche que se suceden diariamente.

Todo se repite, aunque nada sea siempre igual a nada. Todo retorna siempre con cierta regularidad. En la concepción circular del tiempo no hay principio ni final, ya que lo circular no comienza ni termina. Pero si nada es igual a nada, ni nadie es igual a nadie, ¿todo retorna siempre de la misma forma? ¿Podríamos sentirnos seguros de algo? ¿Hasta qué punto trascienden las certezas?

Si bien el futuro es incierto y el destino es relativo, el feedback puede darse de dos maneras que pueden cambiar el curso de la vida: por un lado se encuentra la retroacción positiva, que alimenta, acentúa y actúa a favor del proceso en curso. Por ejemplo, cuando una persona habla fuerte, la otra sube el tono y luego el primero lo hace más, y así sucesivamente, hasta desencadenarse una situación violenta.

En cambio, por otro lado, se puede dar la retroacción negativa, en la cual el proceso en curso se amortigua o se regula. En el caso del ejemplo anterior, el hombre, en lugar de elevar su voz por encima de la del que lo había agredido, prefirió llevar todo a su punto inicial. En este caso, hay una autorregulación del proceso, hay un autocontrol.

De este modo, si todo va y todo viene, si todo cambia y vuelve de una u otra forma ¿De qué manera deberíamos obrar sabiendo que no todo vuelve a nosotros de la misma manera?

Nota: María Helena Montiel

Fuente: Comunicación para principiantes

Fotos: web