FILOSOFÍA: AMOR
viernes, 29 noviembre de 2013 | 12:58

La media naranja

¿Existe realmente nuestra otra mitad? ¿Por qué la buscamos?

¿Existe realmente nuestra otra mitad? ¿Por qué la buscamos?

¿Existe realmente nuestra otra mitad? ¿Por qué la buscamos?

Así como hoy en día nos juntamos con amigos y compartimos asados, guitarreadas, juntadas, fiestas, etc. siglos atrás, los filósofos también se reunían y compartían banquetes en los cuales como en cualquier reunión de amigos, surgían diferentes temas de conversación.

Remontándonos particularmente a Platón, el filósofo destaca en su libro El Banquete, este tipo de reuniones, tomando por tema de conversación, el amor según los distintos puntos de vista de varios filósofos.

Aristófanes, uno de los personajes del banquete, en su discurso filosófico se refiere al amor de manera tal que podríamos decir que la creencia de la existencia de la otra mitad o de la media naranja, nace del mito que el filósofo cuenta en la reunión.

El mito del Andrógino

El mito cuenta que en la antigüedad la humanidad se dividía en tres géneros, el masculino, el femenino, y el andrógino (del griego andros-hombre y gino-mujer). Los seres que pertenecían a este último género eran redondos, con cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras en la cabeza y dos órganos sexuales. De este modo, hombre y mujer estaban unidos por un solo vientre.

Estos seres que eran vigorosos y de increíble fuerza, se sintieron capaces de atentar contra los dioses y como castigo, Zeus, padre de los dioses y los hombres, que no podía destruir la raza humana que era la que adoraba a los dioses, los castigó partiéndolos por la mitad.

Apolo, hijo de Zeus, los curó dándoles la forma actual que tienen ambos sexos, y de este modo quedaron divididos en hombre y mujer.

Como castigo Zeus los castigó partiéndolos por la mitad

Como castigo Zeus los castigó partiéndolos por la mitad

Desde ese entonces, cuenta el mito que el amor desde tiempos inmemoriales trata de unirlos, de manera que cuando las dos mitades se encuentran, se unen de forma tal que es para toda la vida, tratando cada uno de fundirse con el amado y convertirse en un solo ser.

Cuando las dos mitades se encuentran, se unen de forma tal que es para toda la vida

Cuando las dos mitades se encuentran, se unen de forma tal que es para toda la vida

Fuente: El Banquete, Platón

Fotos: web

Nota: María Helena Montiel