Medio Ambiente
lunes, 18 noviembre de 2013 | 19:19

Adquirieron 200 anillos para seguimiento de aves

Estos rastreadores serán colocados en cada una de las aves antes que abandonen el Centro de Conservación de Vida Silvestre, lo cual permitirá estudiar los hábitos de las mismas y se podrá realizar censos de especies protegidas.

Los rastreadores serán colocados en las aves antes que abandonen el Centro de Conservación de Vida Silvestre

Los rastreadores serán colocados en las aves antes que abandonen el Centro de Conservación de Vida Silvestre

El Ministerio de Medio Ambiente compró 200 anillos al Centro Nacional de Anillados de Aves (CENAA), dependiente del Instituto “Miguel Lillo” de la Universidad Nacional de Tucumán, estos son importados desde Mekaniska, Suecia.

 “Esta herramienta nos permitirá no sólo conocer los hábitos de las especies que se rehabilitaron en el Centro, sino también hacer un censo de otras que están protegidas y se consideran escasas, como es el caso del cardenal amarillo. Los anillos son de aluminio y tienen un código conformado por la combinación de números y letras que permiten la identificación. A través de los datos de recaptura, podremos conocer el tiempo de vida aproximado del individuo y su fidelidad a los sitios donde crían o invernan”, explicó el jefe de Área Flora y Fauna del Ministerio, Matías Ayarragaray.

El Centro de Conservación de Vida Silvestre, que se encuentra en La Florida, es el destino obligado de toda la fauna que se decomisa en la provincia. Allí es revisada por los profesionales del Ministerio, puesta en cuarentena para asegurar que no propaguen ninguna enfermedad, rehabilitada si es necesario y posteriormente devuelta a su hábitat.

La marcación de aves mediante el sistema de anillado se utiliza desde hace décadas para el estudio de las migraciones de aves. Muchas especies de América del Norte y algunas de Siberia son visitantes migratorios regulares en Argentina, donde permanecen entre septiembre y marzo. Muy poco se conoce sobre los movimientos de aquellas especies consideradas “estables o estacionarias”, que permanecen por lo general a lo largo del año en una misma área y que pueden realizar desplazamientos, a veces largos, a otras zonas en busca de alimentos, agua o mejor clima. En general, las aves que se liberan del Centro de Conservación de Vida Silvestre se encuentran en este último grupo.

“Nos propusimos como meta preservar toda la biodiversidad de la provincia. Las especies autóctonas muestran y son parte de las características naturales de San Luis, y cuentan con un potencial científico, paisajístico, y cultural, muy importante. Ponemos nuevamente la tecnología al servicio del medioambiente para estudiar y cuidar nuestros recursos”, aseguró la ministra de Medio Ambiente, Daiana Hissa.

Nota y foto: Paula Kraliczek – Oficina de Prensa Ministerio de Medio Ambiente.