jueves, 20 junio de 2013 | 19:42

Una comunidad organizada que se fortalece con la esencia de las raíces

Por Ruta Provincial Nº 27, cuatro km adentro, a través de un camino de dunas, se llega al Pueblo Ranquel. El hospital y la escuela son el portal. Más allá, a unos pocos km está la primera comunidad. Son dos en total, de 12 casas cada una. Ahí viven en este momento 68 personas desde 2009 cuando el Gobierno de la Provincia concretó en un acto fundacional la entrega de obras.

A través de un camino de dunas, se llega al Pueblo Ranquel.

A través de un camino de dunas, se llega al Pueblo Ranquel.

Son 67 mil has de campo y una urbanizada: tierras que fueron restituidas a la comunidad ranquel en agosto de 2007, un hecho histórico para las culturas originarias de América.

Hoy, la población ya está organizada. Después de varios vaivenes en su constitución, los descendientes de ranqueles viven en armonía. Las mujeres trabajan en el hospital y la escuela, los hombres en el campo, cuenta Daniel Sandoval, el lonko (jefe de tribu) que fue elegido por los habitantes hace tres meses.

La población esta organizada y los descendientes de los Ranqueles viven en armonía.

La población esta organizada y los descendientes de los Ranqueles viven en armonía.

Entre médanos y climas extremos, los integrantes del pueblo pasan sus días envueltos en los privilegios de estar alejados de la vorágine de las grandes ciudades, pero nunca apartados de los beneficios del progreso. En todas las casas hay wi-fi, señal de teléfono y televisión satelital. Y si de calidad de vida se trata, todas las viviendas cuentan con los servicios básicos de agua potable, luz eléctrica y gas.

Los niños y adolescentes van a la escuela a la mañana y a la tarde se juntan a tocar la guitarra en alguna casa. Los días más cálidos, las reuniones se trasladan a las lagunas, y los fines de semana, salen a buscar diversión a los boliches de localidades cercanas como Buena Esperanza. Juan tiene 18 años y asegura que para buscar novia tiene que salir de la comunidad, pero no reniega y se muestra orgulloso de su lugar. Tiene manos que le dan más años, trabaja con los animales y ya ha aprendido mucho del veterinario que vive en la población. Es junio y hace mucho frío a la tarde, menos de 10 grados, pero el joven no duda en descalzarse  y dejar su torso desnudo para bailar la danza del choike, al lado del reue, un tótem sagrado.

El joven se descalza  y deja su torso desnudo para bailar la danza del choike, al lado del reue.

El joven se descalza y deja su torso desnudo para bailar la danza del choike, al lado del reue.

El turismo y la ganadería son los ingresos económicos del Pueblo Ranquel.

En este momento cuentan con 4200 cabezas de ganado. Además, dos de las tres lagunas que ahí existen son atractivos turísticos. En una se pueden pescar pejerreyes y en la otra hacer avistaje de flora y fauna autóctona como choikes (ñandú), ciervos colorados, venados de las pampas, entre otros. También se dispusieron para los turistas dos casas de la comunidad. Por $300 la noche, los visitantes pueden compartir las costumbres de los habitantes locales. Cada casa cuenta con capacidad para cuatro personas y están totalmente equipadas. Sandoval dijo que están trabajando en la confección de un circuito para ofrecer a los turistas.

El reue es un tótem sagrado.

El reue es un tótem sagrado.

El 21 de junio se festeja el año nuevo ranquel, con la llegada del solsticio de invierno.  Los festejos comienzan a la noche esperando el amanecer del nuevo año. Las ceremonias se realizan en torno al reue para brindarle oraciones al dios Butachao. Las danzas típicas y música son otros condimentos de la fiesta. Este año además se suma la presencia del gobernador, CPN Claudio Poggi, que acompañará a esta cultura originaria, la cual festeja como sus antepasados y vive valorando las raíces y fortaleciéndolas día a día, sin alejarse del progreso.

 

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